
Buenos Aires. EFE La décima edición de Fashion Buenos Aires se clausuró el viernes pasado tras presentar las colecciones para el próximo verano de más de 60 diseñadores argentinos y con el objetivo de convertirse en 2006 en el escaparate de la moda latinoamericana.
Con más de 32 desfiles celebrados en cinco jornadas consecutivas y una media de 12.000 visitantes por día, el principal certamen de moda de la capital argentina cerró sus puertas con la intención de incorporar en su próxima edición a diseñadores de toda Latinoamérica.
Buenos Aires es, después de Sao Paulo, la segunda vitrina más grande en América Latina.
"Queremos que Buenos Aires sea un exponente en lo que a moda latinoamericana se refiere, más allá de la hegemonía que hasta ahora tiene en la zona la ciudad brasileña de Sao Paulo", dijo su director comercial, Mario Brandy..
Brandy, quien calificó de "muy eclécticos" los diseños argentinos para el verano de 2006, explicó que en esta convocatoria de Fashion Buenos Aires se vieron muchas propuestas que no tienen un hilo conductor claro, "porque van desde lo conceptual hasta las texturas más autóctonas", indicó.
"En la pasarela se entrelazan tendencias sofisticadas como las de la diseñadora Nadine Zlotogora, con otras como las presentadas por Tramando, que recrea la tradición gaucha de Santiago del Estero (al norte del país) ", dijo la directora del certamen, Kika Tarelli.
"La influencia de la moda europea es una constante en los desfiles argentinos", reconoció Brandy, quien matizó que "los materiales empleados en la mayoría de las colecciones son íntegramente locales, como la lana y el cuero".
Las propuestas de firmas como Rapsodia, Tramando, Laurencio Adot, Ay Not Dead y Hermanos Estebecorena, la única que presentó solamente modelos masculinos, tuvieron una gran acogida.
Detalles frescos. Una de las novedades de este año fue la celebración de la primera misión internacional de compradores de indumentaria, que reunió a empresas importadoras y distribuidoras de Italia, Brasil, Chile, España, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Panamá, Guatemala y Uruguay.
"Las marcas argentinas más tradicionales, entre las que se encuentran UMA, Rapsodia y Caro Cuore, exportan en su mayoría hacia Latinoamérica y España, pero en esta cita de compradores conseguimos que otras firmas, como Juana de Arco, se abran a los mercados más inaccesibles de Japón y Reino Unido", recalcó Tarelli.
"El centro del diseño argentino está todavía en Buenos Aires y, en menor medida, en la ciudad de Rosario (a 300 kilómetros al norte de la capital), así que nuestra asignatura pendiente es desarrollar una industria fuerte en el interior del país", concluyó Brandy.