La Haya. El expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic mostró hoy a los serbios como víctimas de los albanokosovares en su interrogatorio al primer testigo de la Fiscalía en el proceso en su contra ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
Milosevic tuvo cuatro horas para plantear sus preguntas al testigo, Mahmut Bakali, antiguo gobernador comunista de Kosovo y actual parlamentario de la provincia serbia de mayoría albanesa por la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK).
Muy cómodo en su nuevo papel de abogado, Milosevic trató de demostrar que la población serbia sufrió, y todavía sufre, la discriminación de los albanokosovosares y los ataques del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), de quienes dijo quieren "crear una Gran Albania".
El expresidente, que logró en ocasiones poner nervioso al testigo, le preguntó reiteradamente si tenía conocimiento de los miles de serbios expulsados de Kosovo, de los cientos de asesinados, secuestrados y desaparecidos y los ataques contra viviendas, iglesias y monumentos.
Milosevic llevaba todo el interrogatorio cuidadosamente preparado y disponía de gran documentación a pesar de que aseguró que estaba prácticamente improvisando porque ignoró la identidad del testigo hasta pocas horas antes de su comparecencia, ayer.
El acusado, que mantiene la ilegalidad del tribunal y se niega a tener contactos con la Fiscalía, recibe toda la documentación necesaria para su defensa en su celda pero insiste en que no lee ninguno de los papeles que le envían.
Sin embargo, Milosevic demostró hoy que había asumido su papel como parte en el proceso tratando de probar la crudeza de las acciones terroristas del UCK, que tenían como objetivo "la creación de la Gran Albania".
Bakali, que en este punto negó con firmeza, pareció carecer de argumentos convincentes para sostener, como había asegurado el día anterior, que los albanokosovares habían sido apartados de los puntos claves del tejido empresarial y de los órganos oficiales.
A pesar de que habla serbio, Bakali contestó siempre a Milosevic en albanés y reconoció no haber visto los documentos que supuestamente obligaban a los empleados a mostrar su fidelidad a los serbios y al régimen de Belgrado bajo la amenaza de ser despedidos.
Bakali prometió a los jueces que les haría llegar la documentación que probara los recortes que habían sufrido los derechos de la población albanokosovar con la reforma de la Constitución de 1974, y que se aprobaron en 1989.
Con cuidadas preguntas, Milosevic intentó destruir el argumento de Bakali de que la reforma se produjo pocos días después de un discurso histórico en el que supuestamente azuzó a la población serbia de Kosovo a un conflicto armado con la población de origen albanés.
Confundido, el testigo reconoció que "no recordaba las fechas", cuando el expresidente le apuntó que había sido aprobado por el Parlamento tres meses antes, con el respaldo de Siana Hasani, un albanokosovar que era entonces presidente de la Presidencia de Yugoslavia.
Milosevic le instigó con numerosas preguntas, a veces dejándolo sin respuesta, para tratar de demostrar que todas las etnias tenían los mismos derechos en el territorio de la antigua Yugoslavia.
Sin embargo, Bakali negó reiteradamente que el Gobierno de Belgrado hubiera tenido disposición para solucionar el conflicto por vía del diálogo, como mantuvo Milosevic.
Sin ocultar expresiones de satisfacción cuando obtenía la respuesta que buscaba o lograba desconcertarle, el expresidente yugoslavo trató de restar credibilidad al testigo, conocido por haber luchado desde hace décadas por los derechos de los albanokosvares.
Poco antes de retirarse de la sala, tras obtener el permiso del juez que la preside, el británico Richard May, Milosevic pidió que no se celebrara la sesión del jueves por la tarde porque recibirá visita de su familia.
Mañana, la Fiscalía presentará a su próximo testigo, Kevin Curtis, jefe del equipo de investigadores de la oficina que lidera la fiscal suiza Carla del Ponte.
Curtis, que podrá ser interrogado después por Milosevic, precederá a Steve Spargo, otro experto del grupo.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Editora nacion.com Fuente: agencias.