León (España), 8 nov (EFE).- Varios miles de personas salieron hoy a las calles de León para recibir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al canciller alemán, Gerhard Schroeder, quienes visitaron la Catedral y tomaron unas copas de vino en el Barrio Húmedo, casco histórico de la ciudad y zona típica de tapeo (comida en pequeños pinchos).
Una vez concluida la rueda de prensa en el Auditorio "Ciudad de León" sobre el contenido de la cumbre bilateral, Rodríguez Zapatero y Schroeder, acompañados de varios de sus ministros y bajo estrictas medidas de seguridad, se desplazaron en coche oficial hasta la Plaza de San Marcelo, donde una vez recibidos por el alcalde de León, Francisco Fernández, emprendieron un recorrido por la ciudad.
Entre aplausos del público, ambos jefes de Estado se dirigieron a la Catedral, para efectuar una visita al templo gótico leonés y especialmente a sus vidrieras, únicas en el mundo.
Schroeder visitó durante diez minutos los rincones más importantes de la Seo, para después dirigirse al Barrio Húmedo, concretamente al Bar "La Pitanza", donde degustó la típica cecina (embutido) leonesa, el chorizo y el queso, además del orujo y el vino del Bierzo, pero "en pequeñas dosis", explicó el alcalde de León, Francisco Fernández.
Durante cuarenta minutos, los jefes de Estado, acompañados de sus respectivos ministros, el delegado del Gobierno de Castilla y León, Miguel Alejo, además del alcalde y el teniente alcalde, Javier Chamorro (UPL), entre otros, estuvieron en este céntrico bar, dando así cumplimiento a la promesa que hizo Zapatero en un mitin durante las elecciones europeas, el 11 de junio.
En esa ocasión, Zapatero prometió ir en otoño con Schroeder a "tomar vinos al (Barrio) Húmedo", lugar frecuentado por el presidente del Gobierno cuando era secretario provincial del PSOE en León y diputado nacional.
El canciller alemán "se marchó encantado" de León, se llevó a su país unas botellas de vino del Bierzo y dijo que "nos volverá a visitar en breve", explicó el alcalde, quien también aseguró que, para el canciller, "aquí se come fuerte", en alusión al chorizo, cecina y cocido, entre otros productos típicos que degustó.
En esta visita, no faltó un "caza-autógrafos", un joven de 31 años, de Bilbao, quien se fotografió hoy con el presidente del Gobierno y el canciller, además de los ministros.
"Unicamente se me resistió Fischer, pero finalmente accedió a fotografiarse a las puertas de la Catedral", explicó.
Aunque la mayoría de los comentarios fueron elogios para el presidente del Gobierno, no faltó quien también expresó su malestar por su situación personal y así un hombre que oía como el alcalde se hacía eco de la estancia de Schroeder en el bar leonés, le increpó diciendo que "hace falta más trabajo".EFE
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