Jerusalén, 13 abr (EFE).- Miles de peregrinos y turistas llenaron hoy la basílica de la Agonía, en el huerto de Getsemaní, donde siguiendo la tradición se leyó la liturgia y se roció de pétalos de rosas, símbolos de las lágrimas de Cristo, la piedra sobre la que rezó Jesús.
La ceremonia en la basílica culminó la jornada del Jueves Santo en Jerusalén donde este año las procesiones cristianas coincidieron con la peregrinación de los judíos al Muro de las Lamentaciones por la Pascua judía.
La lectura fue en latín, árabe, italiano, inglés, francés, español y polaco, lengua en la que también se rezó por la pronta beatificación de Juan Pablo II.
El hecho de que la iglesia estuviera absolutamente llena demostró que peregrinos y turistas parecen haber superado el miedo a los atentados y vuelven a tomar el camino de Tierra Santa.
Además de los peregrinos que se encuentran en Jerusalén desde el pasado Domingo de Ramos, se encontraba hoy entre el público una gran cantidad de turistas a juzgar por la poca concentración (uno de los frailes tuvo que pedir silencio en repetidas ocasiones) y por algunos comportamientos insólitos como el de que algunas personas siguieran el servicio sentadas en el suelo de la iglesia.
Al finalizar la liturgia, a cargo de los monjes franciscanos custodios de los lugares sacros de Tierra Santa, los feligreses se precipitaron para besar la piedra sobre la que, según la tradición, Cristo rezó la noche antes de ser crucificado.
Los monjes pidieron una oración por quienes como Cristo, en la noche en que fue entregado, han sido abandonados, por quienes como él están presos y por la paz en esta tierra.
A la salida de la ceremonia muchos feligreses se acercaron al huerto que linda con la basílica, construida hace menos de un siglo, para seguir rezando.
Mañana las ceremonias de Semana Santa continúan con el Viacrucis, por la Via Dolorosa, en la ciudad vieja de Jerusalén, el momento más evocador de las ceremonias en la Ciudad Santa. EFE
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