
Los Ángeles. EFE Michael Jackson volvió a ser la superestrella del espectáculo este año, aunque esta vez con un tribunal por escenario y un jurado como público, en el juicio por pederastia en que el cantante pop salió absuelto.
Fueron 14 semanas en las que testificaron 135 personas a favor o en contra de Jackson. El artista de 47 años escuchó diariamente esos testimonios pero nunca prestó su propia declaración.
En el proceso estaba a juicio si la superestrella del pop era un pederasta o solo un artista excéntrico. De haber resultado culpable le hubiera costado 20 años de cárcel a este cantante conocido por sus mascarillas y sus guantes, además de su pegajosa música.
"La fama puede con todo", resumió al escuchar el veredicto de no culpable la comentarista legal Marcia Clark, fiscal en el juicio contra otro famoso que salió inocente diez años antes, el deportista y estrella O. J. Simpson.
Esa fama fue la que salió victoriosa de un proceso que le devolvió a Jackson un fervor popular que no había disfrutado en muchos años.
Su carrera artística entró en descenso tras las acusaciones, también de pederastia, que mancharon su nombre en 1993, en un escándalo del que evitó ir a juicio pagando una suma millonaria.
Circo. Sin embargo la fama del intérprete de Thriller resurgió durante seis meses en la apacible localidad de Santa María, un pueblo de 72.000 habitantes en medio de los viñedos californianos transformada durante el juicio en un circo donde más de 1.100 periodistas solicitaron su acreditación al proceso.
Un carnaval que a las puertas del tribunal acogió a centenares de seguidores de Jackson venidos de cualquier punto del orbe con sus pancartas de apoyo o disfrazados del artista estadouniense que inventó el moonwalk.
Todos ellos llegaron convocados por un escandaloso proceso a una de las mayores estrellas de todos los tiempos, juzgado de 10 cargos criminales que incluían supuestos abusos sexuales a un menor de 14 años cometidos entre febrero y marzo del 2003.
Michael Jackson quedó absuelto sin necesidad de testificar.
Juicio público. Pero el tribunal y los medios de comunicación juzgaron toda la vida del autor de Bad , incluido su diario cambio de atuendo, de rojo, blanco o alguna vez de sobrio traje oscuro, o las famosas pijamas con los que acudió un día ante la amenaza de ser encarcelado si no se presentaba.
Fue una sentida ausencia en un proceso que acaparó la atención internacional de un público deseoso de saber más sobre la vida de una estrella tan popular como enigmática, padre de tres hijos de los que se desconoce la madre del tercero y cuyo rostro pasó por tantas transformaciones como su música.
Se trata del artista que cuenta con más números uno a lo largo de sus 40 años de carrera musical, cuatro de ellos consecutivos cuando solo era un niño al frente de la agrupación Jackson 5.
Una estrella considerada entre las más millonarias gracias no solo a su catálogo musical sino también al de los Beatles, que posee a medias con Sony y que está valorado en unos 400 millones de dólares.
Pero quizá esa fortuna no brilla tanto como parece. En el juicio se dijo que el intérprete podría estar arruinado gracias una vez más a ese excéntrico estilo de vida que lleva en el rancho Neverland, donde instaló un parque de atracciones al estilo de Disneylandia para su disfrute exclusivo.
Arruinado o no, Jackson recuperó en un año su fama y su inocencia legal aunque el juicio popular sigue sin descifrar los enigmas de este artista tan defendido como vilipendiado.