EscucharHuesca (España), 17 jun (EFE).- El actor mexicano Pedro Armendáriz recogió hoy en la ciudad española de Huesca (norte) el Premio Luis Buñuel que le concedió el Festival de Cine de esa población, que clausura hoy su trigésimo cuarta edición.
Armendariz expresó su satisfacción por la decisión de los organizadores del certamen de concederle un galardón para reconocer su trayectoria en el cine con el nombre del famoso cineasta aragonés, que situó "entre los cinco más importantes del mundo".
En una comparecencia ante los medios de comunicación, el galardonando evocó un recuerdo de su infancia referido a la película que rodó su padre, el también actor Pedro Armendáriz, con Luis Buñuel, "El bruto", y a las impresiones que le transmitió entonces su progenitor del rodaje.
"Yo no me acuerdo de Buñuel -comentó a renglón seguido-, pero sí recuerdo que mi papá me dijo que este señor era medio raro, que no le entendía mucho lo que decía, pero que era bueno".
Armendáriz destacó que su carrera profesional se dirigió inicialmente a la arquitectura y que su llegada al cine se produjo de forma casual y no intencionada, después de aparecer en unos cortos de Arturo Ripstein que le llevaron a interpretar una película producida por Raúl de Anda.
"Yo no experimenté la carga del peso de mi padre; en un tiempo, de chico, ni me di cuenta de que mi papá era actor porque mi ídolo entonces era Jorge Negrete, y nunca tuve ese conflicto".
El actor reflexionó, asimismo, sobre la situación del cine actual en su país y lamentó tanto la influencia del cine estadounidense y la cuota de pantalla que ocupa, alrededor del 90 por ciento, como la falta de apoyos oficiales para evitar la marcha de cineastas y técnicos de talla internacional y favorecer el desarrollo de una cinematografía propia de calidad.
Armendariz destacó que en la actualidad, de cada peso que entra en las taquillas mexicanas, un 60 por ciento queda para el exhibidor, un 20 para el distribuidor y un 20 para el productor, situación que, en su opinión, imposibilita el desarrollo de una industria propia.
"Con eso -recalcó- es imposible hacer una industria y lo que favorece es más bien una artesanía; como dice Ripstein, es un milagro hacer una película mexicana, porque cuesta mucho trabajo y la gente desconfía de un negocio que no se paga bien".
Comentó que gran parte del "talento" cinematográfico mexicano, tanto cineastas como técnicos y, de forma significada, los realizadores Ignacio González Iñarritu, Alfonso Cuarón o Guillermo del Toro han optado por abandonar el país.
Armendáriz agregó que "en los últimos años nos hemos quedado un poco desamparados, porque no hubo apoyo estatal durante el sexenio de gobierno de Vicente Fox ya que no le interesaba la cultura, que para Vicente Fox no era más que el nombre de una calle".
Afirmó a este respecto que durante el gobierno de Vicente Fox no se dio a la cinematografía financiación o ayudas y agregó que a esta situación se suma la inexistencia de acuerdos con las televisiones de derechos de antena para favorecer apoyo económico.
Tras resaltar que a pesar de las dificultades y complicaciones existentes el cine mexicano "está siendo reconocido" en el mundo, Pedro Armendáriz reconoció no saber "qué fuerza diabólica hay para que surja en este país con fuerza el talento y para que cada día haya más escuelas de cine". EFE
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