Precedido por la fama que le concedió el Premio de Novela Nadal 2001, el escritor y guionista español Fernando Marías (Bilbao, 1958) participa en nuestro país en el ciclo de actividades La mirada dramatúrgica .
En el Centro Cultural de España, Marías imparte desde el lunes un taller intensivo llamado De la literatura al cine . Además, dictó una conferencia el lunes y, hoy miércoles, participará en la mesa redonda La escritura cinematográfica , junto a María Lourdes Cortés, Gabrio Zapelli y Luis Carlos Vásquez.
El autor de El niño de los coroneles (Premio Nadal 2001, uno de los más importantes de la lengua española), La luz prodigiosa y Los fabulosos hombres de películas conversó con Viva de las dos pasiones que conducen su vida: el cine y la literatura.
¿Qué cambio provocó el Premio Nadal en su vida?
Todo lo cambió. Lo principal fue entrar de verdad en el mercado literario y dejar de escribir cosas que no me interesaba escribir. Gracias a eso pude concentrarme solo en aquellos trabajos y proyectos que me interesaban. Luego, claro, que al ser un premio de mucho prestigio surgen muchas posibilidades nuevas de trabajo. Eso, unido a la posibilidad de escribir lo que quiero, me han dado una gran sensación de libertad.
Ha dicho que su primera vocación siempre ha sido el cine. Sin embargo, también escribe literatura y lo han premiado. ¿Cómo distribuye su pasión entre los dos oficios?
Lo cierto es que las circunstancias de la vida lo van llevando a uno de un sitio y a otro. Yo quería hacer cine y por eso me trasladé a Madrid para intentar el mercado del cine, pero era muy complicado y difícil. La verdad, me puse a escribir mi primera novela porque un guión que quería escribir no conseguía enfocarlo adecuadamente, entonces lo hice novela.
"Como apenas se escribió esa obra obtuvo un pequeño premio de la Ciudad de Barbastro, eso me animó a seguir escribiendo. Todos los libros me han dado muchas alegrías y ahora la principal es que, después de mucho intentarlo, he entrado al mundo del cine gracias a los libros y estoy haciendo películas".
"Cine y literatura son dos formas de narrar complementarias y muy distintas, porque cada una tiene sus propios códigos. La novela es un producto acabado en sí mismo. En cambio, el guión de una película es un objeto que pones en manos de otra persona, quien va a dirigir la película y es responsable de ella".
¿Cómo se aficionó al cine?
Recuerdo que la primera vez que vi una pantalla en blanco fue cuando mi madre me llevó a ver una película y yo tenía como tres años. La primera película que vi fue El álamo , de John Wayne sobre la independencia de Texas, y yo recuerdo que me fascinó pasar de un mundo normal a una pantalla blanca que lo transportaba a uno a otro lugar. Yo recuerdo que esa película la vi tres veces seguidas. Aquella fascinación no se me ha quitado.
¿Qué películas prefiere?
Las buenas. Cuando era niño y joven, el cine americano era mucho mejor que ahora y era también mejor y más desarrollado, en general, que el cine europeo. Entonces, yo he tenido una gran fijación por el cine americano de calidad.
Ha sido halagado por contar tremendas historias. ¿Cómo surgen esas historias? ¿De dónde salen?
Supongo que de la parte más oscura de mí. Las historias que cuento son las historias que me apasionan. Cuando escribo una novela tengo que tener una idea que me resulte apasionante, porque uno no puede adentrarse en una aventura si la historia y los personajes lo aburren mucho.
¿Cuál es su búsqueda en la literatura? ¿Qué es lo quiere lograr?
Escribir novelas que me diviertan a mí y diviertan lo más posible a los lectores. Creo que esto se está perdiendo mucho. Se está haciendo mucha literatura que se ha olvidado del lector. Cada vez hay menos libros apasionantes, porque cada vez los escritores pretenden contar cosas más etéreas, más espirituales, más filosóficas. Intento que quien empiece a leer mis novelas no pueda dejarlas y, afortunadamente, me encuentro satisfecho con los resultados que he logrado.
¿Qué es lo esencial al pasar el relato literario al cine?
Lo esencial es, primero, tener en cuenta que son dos medios distintos y, segundo, que si el libro ha provocado una sensación la película también debe provocarla, aunque a lo mejor es distinta a la de la obra escrita o debe lograrse por caminos diferentes.
"Soy partidario, como novelista y guionista, de coger las novelas y adaptarlas, destrozándolas para poder reinventarlas. De hecho, mi primera novela La luz prodigiosa la adapté para televisión y es totalmente distinta a la novela, aunque mantiene la historia central. La película que he escrito ahora sobre esa misma novela es también absolutamente diferente, incluso, al guión para televisión. Son variantes sobre la misma idea.
¿En qué trabaja ahora?
La televisión la tengo bastante olvidada porque no me gustan las cosas que se hacen, en que se deja de lado la creatividad y la inteligencia. Ahora mismo escribo una novela nueva. También hago un guión original de cine y tengo la posibilidad de adaptar mi novela Esta noche moriré .