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Washington, 4 nov (EFE).- Científicos estadounidenses indicaron hoy que una misteriosa marea roja que surge de las entrañas gélidas de la Antártida no es otra cosa que los restos de un lago que se formó hace 5 millones de años, cuando el nivel del mar era más alto.
En un informe presentado ante la sesión anual de la Sociedad Geológica de EEUU en Seattle (Washington), los científicos de la Universidad de Ohio indicaron que el color rojo de las aguas es causado por sales férricas o hidróxidos.
"Creemos que estamos mirando los restos de aguas marinas muy viejas atrapadas durante el período Mioceno, hace unos 5 millones de años", manifestó Berry Lyons, profesor de ciencias geológicas del Centro Byrd de Investigaciones Polares de la Universidad de Ohio.
La decoloración fue descubierta hace casi un siglo en el glaciar Taylor en uno de los "Valles secos" que surgen de la capa polar de la Antártida y se enfilan hacia el mar de Ross.
Es posible que en un tiempo, cuando este valle tenía la apariencia de un fiordo escandinavo, el agua salada quedó atrapada en la parte baja. Cuando el glaciar avanzó sobre la parte superior del valle, el agua quedó atrapada y se congeló totalmente.
Lyons indicó ante la conferencia que él y sus colegas creen que al avanzar el glaciar por el valle atrapó los depósitos minerales en su masa de hielo.
Al llegar a los márgenes del valle esos depósitos quedaron vertidos en las aguas del lago Bonney, uno de los cuatro cubiertos por el hielo en los "Valles secos".
Tres de esos lagos (Bonney, Fryxell y Hoare) están en el valle Taylor en tanto que el Vanda se encuentra en el Valle Wright.
Pero una vez aclarado el origen de la "Marea roja", los científicos señalaron que los lagos plantean otro misterio que no tenía explicación hasta ahora: en un mismo ambiente climático y geológico, los tres tienen una composición química diferente y uno de ellos es de agua dulce.
Según Lyons, todo se debe a que cada uno de ellos se formó en un momento geológico diferente y que, durante un deshielo, se creó el lago Hoare a partir de la vertiente de agua dulce del glaciar Canadá.
El científico señaló que un mayor estudio del origen de esos lagos ayudará a comprender mejor la historia meteorológica de la región.
"Sabemos que la vida existe en todos estos lagos y estamos tratando de comprender cómo funciona y cómo se vincula al clima. Nos interesa el impacto del cambio climático y el efecto que tendrá en los ecosistemas. Por eso es que es necesario comprender cómo ocurrió todo esto en el pasado", señaló. EFE
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