Aunque es locutor, no habla para no ofender. Se considera una persona común y corriente; nunca buscó sobresalir en televisión y si bien va por casi medio siglo en la radio la gente lo recuerda por el único programa que puso en retirada a las telenovelas:
Manuel Fresno León subió los escalones sin saltárselos; comenzó de fiebre en la cabina radiofónica de
Hizo el vía crucis de todo principiante, de la ceca a la meca, pero con su voz y su don de gentes se convirtió en un hombre de dos mundos: la radio y la televisión.
Tal vez porque su padre era español, otro Manuel, siempre deshizo entuertos y se metió en más de un lío por buenazo y confiado, que no es un defecto sino moneda rara, en este mundo raro.
Este año cumple 66, número cabalístico que sin duda celebrará en su casa –que es su castillo– con su mujer María Eugenia y sus cuatro hijos; Estefanía, la menor de 19 años, heredó la voz y gusto por la locución. Se unirá al sexteto Emma, la nietita. Familia grande para un hijo único. Casero, tranquilo, sin broncas, encuentra en la calle amigos que lo recuerdan por sus programas o bien reconocen su voz, algunos lo invitan o solo lo tratan bien, puras muestras de cariño.
Pertenece, según dice, a la vieja escuela radiofónica, donde aprendió a tratar con respeto al oyente, complemento de una formación hogareña estricta, sobre todo por parte de su madre, doña Margarita.
Por ayudar a un amigo, en canal 7 lo metieron de presentador en uno de los primeros y más sonados programas de concursos:
Ahora participa en
Para sus proyectos televisivos pidió plata prestada, compró equipos, se enjaranó, pagó cuentas propias y ajenas, le zafaron la tabla, lo acusaron de sacar anuncios de cerveza en programas culturales, la policía “se lo iba a cargar” por deudas con la Caja del Seguro, lo demandaron y, aunque no lo dice, solo faltó que lo orinara un perro.
-- ¿A cuenta de qué tanta intriga?
--¡Diay, porque... “¡Costa Rica es Así!”
-- ¿Tiene buena fortuna?
--Una vez le pedí a mi mujer que me comprara el 17, pero el vendedor le dio el 71. Cuando vi la lista el lunes me dí cuenta que había ganado 250 mil colones. Hace poco me invitaron a una cena y en una rifa me saqué un televisor de plasma.
-- ¿Cómo empieza el año?
--Igual que siempre. Es un día como todos. Es lo mismo: levantarse, trabajar, comer. Ahora mi hija menor –Estefanía– está de vacaciones y debe estudiar idiomas, tiene que organizarse y no esperar a que avance el año para ver qué hace.
-- ¿Dónde pasó la niñez?
--En el Barrio Los Ángeles, en San José. Siempre ha sido peligroso, pero uno conocía a los malos y estos no lo eran tanto con nosotros; ahora lo que hay es mucha crueldad, producto de la descomposición en los hogares y el irrespeto a la autoridad.
-- ¿Usted es hombre de dos mundos?
--Soy de radio y de televisión. La radio es muy linda, es la tele sin imagen, esta se encuentra en la mente de cada radioescucha. La música, por ejemplo, transporta a una persona a un lugar determinado y lo hace vivir a su manera.
-- ¿Cuándo surge el locutor?
--De adolescente me gustaba mucho la música y estaba al día con los ritmos de la época,
-- ¿De quién aprendió el oficio?
--La práctica hace al maestro, escuché y aprendí de los mejores locutores que tuvo Costa Rica: Carlos Luis Jara, Francisco “Chico” Montero, Claudio Monge y Vicky Orozco.
-- ¿Y las escuelas de locución?
--Algunas son un engaño; están hechas para ganar plata, no para educar. He estado en varios exámenes finales y probrecitos los graduados. Es que no van a conseguir trabajo y sería mejor que se dedicaran a otra actividad.
-- ¿Es un profesional?
--En la Universidad de Costa Rica estudié comunicación en población, donde nos enseñaron como hablar con la gente por medio de la radio o la televisión. Estuve dos años y tuve a mi cargo un programa de radio de la Asociación Demográfica.
-- ¿Cómo llegó a la tele?
--Un día un amigo me pidió que me fuera de urgencia a canal 7. Apenas llegué me pusieron un traje tipo guayabera y escuché que dijeron: ya podemos empezar porque acaba de llegar el locutor.
-- ¿Era una emboscada laboral?
--Me maquillaron y fuimos al estudio donde me dieron un papel con unos textos culturales, que debía leerle a otra persona frente a la cámara y pasarlo a Manuel Barrios Mata, un gran animador mexicano. Se trataba de uno de los mejores programas de concursos que hubo en el país, allá por 1977. Se llamaba
-- ¿Le pasó algún chasco?
--Me incomodaba mucho una cámara que captaba todos mis movimientos. Ese día llegó el primer participante y le pregunté ‘¿Cuál es la patrona de Costa Rica?’ ‘¡La Virgen de los Ángeles!’ ‘¿Y el patrono de Costa Rica... y el patrono?... dígalo... vamos... y el señor acongojado gritó: ‘¡Pepe Figueres!’
-- ¿Cómo surgió ‘Costa Rica es Así’?
--De canal 7 pasé al canal 4 y ahí se me encendió el bombillo de la televisión. En el colegio tuve varios compañeros que estudiaron aviación y uno de ellos me invitó una vez a ir en avioneta hasta Ciudad Neily; él era locutor y de regreso vi desde el aire la costa pacífica y dije: ‘¡Qué lindo hacer un programa para que la gente vea que Costa Rica es así!’
-- ¿Lo hizo solo?
--Siempre he sido de formar equipos de trabajo y comencé a reunir a varios amigos. Uno tenía un grupo de bailes folclóricos, otro nos prestó el viejo equipo de
-- ¿Cómo hizo sin plata?
--Ya verá. Fui al antiguo Banco Anglo y expuse mi idea. Nos prestaron el dinero y con eso compramos equipo y filmamos
-- ¿Cuánto duró ‘Costa Rica es Así’?
--Fue una locura. Las alabanzas venían desde los periódicos, los educadores y la gente. Fuimos el único programa capaz de ganarle en audiencia a las telenovelas. Pero ¡diay!, el apoyo publicitario fue muy escaso y encima, estuvieron a punto de quitarnos el gran patrocinador, que era la cerveza Imperial, de no ser porque el entonces director del IAFA me dijo que me hiciera el maje. Cerramos en diciembre de 1977, quedé con una deuda de ¢100 mil.
-- ¿Se fue para otro canal?
--Pasamos al canal 13 y ahí estuvimos unos tres meses; solo nos encargaríamos de la producción porque ellos harían el resto. Al principio bien, pero después no nos pagaban, nos endeudamos y un día llegaron unos policías a mi oficina porque tenían una orden de apremio corporal contra mí por deudas con la Caja del Seguro. En los años 80 se intentó una versión en canal 6 pero también fracasó.
-- ¿Y todos los videos?
--Como el canal 13 entró en una crisis tuvieron que aprovechar todos los archivos y borraron los míos. Había más de un centenar, con tomas aéreas, marítimas, a caballo. Se perdió toda esa historia.
-- ¿A qué se dedicó?
--Había fundado una empresa de producciones televisivas para grabar comerciales; incluso hicimos la campaña política de Rodrigo Carazo que fue muy positiva, sin ofensas; incluso produje la de don Óscar Arias en su primer gobierno.
-- ¿Por qué volvió a la televisión?
--Un ejecutivo de una agencia publicitaria llegó a mi oficina buscando un presentador para un nuevo programa de concursos en canal 2. Intenté recomendarle a varios buenos locutores pero él se empeñó en que le ayudara aunque fuera por una sola vez. Cedí y me presenté una noche en el Cine Lux, frente a Plaza Víquez, y el lugar estaba a reventar de gente. Era la
-- ¿Qué le atrajo?
--Así como hay gente que mejenguea el domingo y lo disfruta; para mí ir a la
-- ¿En qué canal está ahora?
--En el canal 13 participo en
-- ¿Qué pasa con los nuevos presentadores?
--Ya no se entregan en el programa, llegan a exhibirse y a mostrar otra faceta porque son de una manera en el
-- ¿Es un viejo anticuado?
--No, pero me molesta la falta de respeto a los niños, a los jóvenes, a los mayores. Me preocupan muchos ciertos programas del cable que fomentan en el joven una cultura que no es la nuestra, formas de vida y valores distintos. Uno ve mujeres que deben ponerse siliconas para llamar la atención, el irrespeto en los micrófonos y la Oficina de Censura, ¿qué hace?
-- ¿ Se considera ‘jodido’?
--Nunca, ni rencoroso. Alguna gente me trató de hacer daño, pero tarde o temprano se paga lo que uno hace. Nadie escapa a las consecuencias de sus actos. A dónde vaya la gente me agradece, me invita, me regala cosas y cuando regresaba de
-- ¿Tal vez tortero?
--Más bien tranquilo. Fui educado por los salesianos del Colegio don Bosco y los dominicos del colegio Los Ángeles, además mis padres eran muy estrictos y me inculcaron buenos valores, así que siempre he sido muy responsable.
-- ¿Qué influyó más, el hogar o los curas?
--Los dos. En la casa había que respetar los horarios, cumplir con los deberes hogareños, estudiar, ser disciplinado. En el colegio los padres nos enseñaron a ser solidarios y a visitar un barrio pobre, un hospital o un asilo de ancianos. Yo iba y entretenía a la gente con música.
-- ¿Vive de su imagen?
--Yo nunca busqué salir en televisión. No vivo de las apariencias, sino de lo que tengo. Hay personas que buscan la vida fácil, se entierran con las tarjetas de crédito y creen que pueden comprar lo que no pueden.
-- ¿Tiene alguna distracción?
--Me encanta la agricultura. Tengo una propiedad en Higuito de San Mateo. Sembrar es como jugar lotería. Primero que a uno le vaya bien con la siembra, segundo que la cosecha sea buena y tercero que la paguen bien. Una vez sembré chile, estaban las matas ya bien crecidas y el huracán Juana me las arrancó todas; en otra hice un vivero y tuve muy buena cosecha, pero el precio estaba muy abajo. Mejor sembré árboles frutales. Ahora el que tiene un pedacillo de patio prefiere “cementarlo” porque le da pereza el barrial.