
-¿Qué haría si se pegara el 'Gordo'?
-¡Ahhhh, vivir tranquilo... mejor dicho, más tranquilo todavía!
-¿Cuántos nietos tiene?
-Ninguno. ¡Estoy invicto!
-¿Cuál es su máxima vanidad?
-No tengo.
-Entonces, ¿por qué se tiñe las canas?
-¡Porque me obligan! ( en el programa ). Tengo que hacerlo cada 15 días, es una esclavitud.
-¿En qué gastó su primer salario?
-Compré tres títulos de capitalización del Banco Anglo, de ¢1.000 cada uno.
-¿Le gusta un traguito para departir?
-Sí, de vez en cuando, un vinito tinto.
-¿Un número para jugar en lotería?
-No tengo. Me ciño con el que se me ocurra hasta que pego una terminacioncilla y luego lo cambio. Aunque, bueno, siento una ligera inclinación por el 09.
-¿Qué tanto prueba su fortuna?
-Uhhh, mucho. Religiosamente paso comprando lotería, chances y raspas .
-¿Y qué tal le va?
-¡De lo que estoy seguro es de que me he convertido en un gran colaborador de las obras de bien social de la Junta ( de Protección Social )!
-¿Alguna vez ha sentido pánico escénico?
-Todavía no se me quita.
-¿Algún caso que lo haya conmovido hasta los huesos en el programa?
-Qué va, son varios. A veces me han hecho sacar el violín.
-¿Cómo se cuida físicamente?
-No hago absolutamente nada más que ser fanático de las ensaladas y las frutas. Pero eso desde que nací, no es de ahora.
-¿Su peor fiasco en la televisión?
-Sin duda alguna, fue una vez que tenía que presentar al cantante Raúl Villalta cuando estaba en lo más y mejor de su carrera, y me dio el lapsus del siglo... ¡no me pude acordar del nombre!
"Salí del enredo diciendo que se iba a presentar uno de los mejores cantantes del país y nadie, ni siquiera el mismo Raúl, supo (hasta hoy) que me jalé semejante torta".
-¿Qué le diría a Alexandre Guimaraes?
-Que renuncie.