EscucharEl príncipe heredero de Noruega, Haakon Magnus, de 27 años, confirmó en rueda de prensa que se casará el 25 de agosto del 2001 con Mette Marit Tjessem Hoiby, una madre soltera de su misma edad.
El anuncio del príncipe Haakon tuvo lugar al mismo tiempo que la pareja formalizaba públicamente una relación que comenzó hace un año, y durante la cual habían iniciado ya la cohabitación.
Pareja consumada
"Mette Marit y yo nos hemos comprometido hoy", dijo el príncipe, este viernes, a los representantes de los medios locales y extranjeros convocados al Palacio Real de Oslo.
En realidad, fue su padre, el rey Harald V, quien anunció el compromiso, por la mañana, al gobierno del socialdemócrata Jens Stoltenberg, durante la sesión del Consejo de Estado presidida por el monarca.
Más tarde, el primer ministro Stoltenberg confirmó los planes de matrimonio del futuro rey de Noruega en una rueda de prensa.
"El Gobierno ha considerado los planes de casamiento en la reunión de Consejo de Estado después de que el rey nos anunciara que había dado su consentimiento para que la boda se realice", dijo Stoltenberg.
Resaltó además que Mette Marit se convertirá automáticamente en reina el día en que Haakon suceda a su padre en el trono, aunque carecerá de ciertos privilegios reservados a la familia real, que tampoco posee la reina Sonia, ya que no tiene sangre real.
A pesar de que los planes de compromiso y boda se habían considerado hace mucho tiempo, la petición formal entre la pareja tuvo lugar el viernes último.
"Haakon se puso de rodillas esta mañana y me ofreció el anillo de compromiso", dijo Mette Marit.
La sortija que ahora ostenta la prometida perteneció la princesa sueca Marta, esposa de su abuelo de Haakon, el fallecido rey Olav; ella murió antes de que su marido accediera al trono.
Haakon Magnus y Mette Marit tienen previsto mudarse en breve al apartamento que el príncipe adquirió el 2 de setiembre y donde vivirán ambos con el hijo de la novia, Marius, de cuatro años de edad.
El padre de Marius, relacionado con los ambientes de sustancias ilegales de Oslo, fue condenado recientemente por tenencia de 50 gramos de cocaína.
Esta situación generó un gran debate en todo el país y la presión de los medios sobre la pareja fue amplia.
"En realidad, esa presión fue positiva porque nos dio mayor seguridad y nos hizo comprender dónde estamos y qué queremos", puntualizó el príncipe.
Precisamente, el pasado de Mette Marit, ligado a los ambientes relacionados con el consumo de cocaína y éxtasis, fue lo que más preocupó a la prensa.
"Espero que la gente me considere como el ser humano que soy. Creo que tengo que mirar hacia adelante y hacer un buen trabajo", fue la respuesta de Mette Marit sobre este tema.
Haakon tampoco quiso referirse a la vida en común fuera del matrimonio que actualmente practica con su prometida y a la que la iglesia noruega se opone por principio.
"Lo importante es tomar una decisión que uno considere correcta", dijo Haakon, quien se convertirá en cabeza de la iglesia oficial luterana cuando ocupe el trono.
A la pregunta de si el hijo de Mette Marit asumirá algún título, Haakon respondió que es competencia del rey conceder a una persona un título nobiliario.
Sin corona
De acuerdo con la Constitución noruega, sólo pueden acceder al trono quienes se encuentren en la línea de sucesión, y, en caso de fallecimiento de Haakon, su prometida no podrá ejercer como reina.
Haakon manifestó además que, aunque el pensamiento le asaltó alguna vez, "jamás consideró en abdicar" en su hermana Marta Luisa, dos años mayor que él.
El príncipe afirmó que el hijo de Mette Marit será incorporado como un miembro más de la familia real, aunque rechazó la idea de adoptarlo como hijo suyo.
La pareja anunció también que los planes inmediatos de ambos son el continuar sus estudios.
El príncipe heredero cursa una formación como aspirante en la carrera diplomática, y su prometida, que ha estudiado entre otras cosas antropología y periodismo, seguirá estudios de ética en la universidad de Oslo.
La futura princesa dijo que en estos momentos no piensan en tener otros hijos.
