¡QUÉ DIFICIL CARACTERIZAR a Les Luthiers! Son brillantes. Geniales. De un humor finísimo. Rigurosos y perfectos en sus composiciones musicales. Inteligentes al hacer reír. Maravillosos músicos. Inolvidables&...;
Sí, todos esos conceptos les calzan a la perfección, y conste que no salen de mi boca (aunque podrían salir, porque me declaro admiradora de Les Luthiers desde hace 14 años). Estos elogios se los han otorgado decenas de veces en reportajes y críticas de los mejores periódicos de Argentina, España, México, Chile, Uruguay, Venezuela, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Paraguay, Perú, Cuba, Ecuador e Israel.
Les Luthiers -quinteto integrado por Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés y Daniel Rabinovich- es un fenómeno que desde 1967 llena los teatros argentinos todos los días del año, con una excepción: ¡cuando salen de gira y llenan los teatros del resto de América Latina o Europa!
En cada sitio que "cantan-actúan", el público les aplaude y les admira esa capacidad de mezclar composiciones musicales de altísima calidad con breves números teatrales (en otras palabras, gags), cuidadosamente preparados para hacer reír hasta al más amargado.
Costa Rica los disfrutará por primera vez este fin de semana. Varios han sido los intentos frustrados. Muchas veces había corrido el chisme: "¿Vieron? Dicen que viene Les Luthiers"&...; Pero esta vez es cierto.
Llegan con el espectáculo Unen canto con humor, creado en 1994, que incluye las canciones El Regreso del Indio, Manuel Darío, Así hablaba Sali Babá, El negro quiere bailar, San Ictícola de los Peces, A la playa con Mariana, Perdónala y Fronteras de la ciencia.
Hace un mes, los integrantes de Les Luthiers describieron el show de la siguiente manera: "El espectáculo tiene, entre otras cosas, un merengue; los consejos de un santón hindú, Sali Babá; la parodia de un programa, Fronteras de la ciencia, que habla de contactos de tercer tipo; una canción andina como la tocan en Europa los grupos del Altiplano, con traducción simultánea al francés; una tarantela litúrgica...", expresó Daniel Rabinovich a La Vanguardia Digital.
"También hay dos instrumentos nuevos: el bajo barriltono (un contrabajo construido con un barril) que lo ejecuta Jorge Maronna y que tiene que meterse dentro para tocarlo. Tiene rueditas y va evolucionando por el escenario. Hay otro que cierra el espectáculo, el ferrocalíope, que es tan interesante como incómodo: silbatos de ferrocarril accionados por vapor de agua con un teclado. Terminamos húmedos", añadió.
Les Luthiers salen a escena vestidos de smoking, pero eso es lo único serio del show, que -entre otras cosas curiosas- presenta instrumentos musicales diseñados y elaborados por ellos mismos, con materiales como latas, mangueras, tubos de cartón o de acrílico, globos y cañerías.
Los nombres de estos instrumentos son tan extraños como los resultados. Entre ellos tenemos el tubófono silicónico cromático, la alt-pipe a vara, la bass-pipe a vara, la manguelódica pneumática, el yerbomatófono d´amore, el dactilófono o máquina de tocar, el shoephone, el latín o violín de lata, el cello legüero y la contrachitarrone da gamba.
¿Raro? Para nada. Esos "engendros" no podían faltar: el término francés luthier significa, precisamente, constructor y reparador de instrumentos musicales.
Cómo, dónde, cuándo
Presentación de Les Luthiers
Espectáculo : Unen canto con humor.
Lugar : Teatro Nacional.
Fechas : 27, 28 y 29 de noviembre.
Hora : 8 p. m. (En punto. Empezado el espectáculo, nadie puede ingresar).
Precios populares (Ja, ja, ja) : ¢10.000 (galería lateral); ¢12.000 (galería central); ¢15.000 (galería en primera fila); ¢18.000 (palcos laterales); ¢20.000 (palcos centrales); ¢22.000 (luneta y butacas).
Informes y reservaciones : A los teléfonos 223-1086, 223-1960 y 223-5904.
Para tomar en cuenta : El Teatro Nacional impide el ingreso de espectadores una vez comenzado el espectáculo. No se arriesgue. Llegue temprano. Tome en cuenta que los parqueos se llenan y que el tránsito es denso.
La risa paga
La concepción de Les Luthiers se dio en Argentina, en 1965, en el Festival de Coros Universitarios de la ciudad de Tucumán. Un subgrupo de un coro de la Universidad de Buenos Aires presentó un espectáculo de humor, en el que se hacía una parodia de un concierto muy formal: con solistas, coro de cámara y conjunto orquestal integrado por instrumentos no convencionales.
La obra central fue la Cantata Laxatón, una cantata barroca cuyo texto había sido extraído de las características de un conocido laxante. El éxito fue total. El grupo fue contratado para repetir el espectáculo en un pequeño teatro de Buenos Aires, donde las actuaciones debieron prolongarse por tres meses. En ese entonces se llamaban I Musicisti.
En 1967, varios de los integrantes se separaron y desde entonces forman Les Luthiers. Ellos son autores del texto y la música de sus espectáculos. También se encargan de la puesta en escena y la dirección de los mismos.
Piropos unánimes
He aquí los comentarios y críticas que recibió Unen canto con humor en algunos de los principales diarios y revistas de Argentina.
"La risa de Les Luthiers es un reír de la alegría y de la inteligencia que desde la astuta observación de los defectos y ridiculeces humanas se encamina decididamente a poner sobre el tapete y burlarse de la estupidez, la mentira, la solemnidad y otras malas hierbas que crecen en la mente y el corazón del hombre".
René Vargas Vera. La Nación (Argentina), 26 de junio de 1994.
"Les Luthiers mantiene una fidelidad inalterable hacia sus principios básicos: hacer reír con sus juegos verbales, sus ironías y una maravillosa cuota de ingenuidad&...; Pero detrás de esta aparente simplicidad, está agazapada la inteligencia, el cálculo y el talento para unir sin violencia cada parodia".
Ana Seoane La Prensa, 26 de junio de 1994.
"Desde 1967, Les Luthiers se ha constituido en una institución patrimonial, son como el obelisco o el dulce de leche, Argentina no sería lo mismo sin ellos; sin su temporada anual el invierno puede ser deprimente, sin ver y escuchar un nuevo instrumento inventado por ellos es como estar atrasado en los avances de la ciencia".
Abel López Iturbe. Ámbito Financiero, 28 de junio de 1994.
"Como el buen vino, se decantan con los años. Presentan un nuevo delirio en el que cada mutis, cada entrada, cada réplica y cada gesto -no digamos las canciones y los gags- han sido cuidadosamente pensados, probados y ensayados. El montaje escénico resulta un preciso mecanismo de relojería".
Néstor Tirri. Clarín, 28 de junio de 1994.
"Divertidos, efectivos, sólidos ejecutantes, estos brillantes humoristas -actores, cantantes y compositores- logran una vez más algo inusual. Son únicos, no hay duda. Su manera de provocar alegría está basada, como siempre, en el buen gusto, en la ironía y en constantes juegos de palabras que fácilmente conducen a la carcajada".
Amalia Cuestas . Buenos Aires Herald, 10 de julio de 1994.
"Una velada con Les Luthiers es siempre una excursión a la felicidad. Una vez más aspiran a la excelencia y la obtienen en todos los rubros. Resulta admirable la tersura con que el espectáculo se desliza, sin un bache, con cada elemento en su lugar, sin apuros ni superposiciones. Un humor impiadoso, pero sutil".
Ernesto Schoó . Revista Noticias, 31 de julio de 1994.
"El despliegue de estos muchachos en el escenario fue para mí una especie de revelación, un rayo de luz que se me clavó en el entrecejo. Pese a conocer cómo terminan los chistes, cómo suenan los instrumentos informales, no dejé de conmoverme con este grupo de señores ya mayores que, con enorme amor propio, insisten en ser los mejores, en no resignar calidad ni talento y en jerarquizar un género que ellos mismos han inventado".
Roberto Fontanarrosa , Escritor y humorista. Clarín Digital. 12 de julio de 1997.