Las actividades económicas pueden dividirse en tres tipos: sector primario, sector secundario y sector terciario. Suponga que usted tiene una lechería, con vacas muy felices, que producen montones de litros de leche por mes. Su lechería; que es parte del sector primario, toma un recurso que brinda la naturaleza (la leche) y, a partir de allí, tiene algunas opciones: pasteurizarla y venderla en el mercado local, o bien enviarla a la industria láctea para que allí, sea transformada en otras cosas.
Económicamente hablando, en la industria láctea, la leche ya no es leche, es materia prima. A través de complejos procesos, la leche se transforma en helados de vainilla, por ejemplo. La industria láctea es parte del sector secundario, y en él hace aparición algo que no existe en la naturaleza: los helados de vainilla. Lo anterior es un hecho incontrovertible, pues no se ha sabido que algún país del mundo tenga en su terreno ríos de helados, lagos de natilla o montañas de queso.
Una vez envasados, los helados como producto industrial, son tomados por un amable transportista, que viaja hasta los establecimientos comerciales, en los cuales los helados serán comprados por los consumidores según gustos particulares, prioridades y capacidad de pago. El transportista y el comerciante no participan en la producción del helado ni conocen a las vacas del inicio de la historia, pero son parte del sector terciario, o de servicios, formado por miles de personas, sin las que es imposible que los productos lleguen a las casas.
El sector terciario, es algo así como el sistema circulatorio de la economía, pues distribuye los productos de los sectores primario y secundario. En este sector pueden hallarse personas que estudiarán el comportamiento de los consumidores y las necesidades de la población, con el fin de crear formas de satisfacer esas necesidades.
Los países desarrollados, tiene un sector terciario altamente desarrollado, pero esto es posible, simplemente, porque los sectores primario y secundario son altamente productivos. Si todas las lecherías del mundo aumentaran su producción diez veces, implicaría que la producción de la industria láctea, aumentaría diez veces al menos. Esto, a su vez, haría que se necesitaran diez veces más transportistas y diez veces más comerciantes.
Cuarto sector: educación
Hay quien considera que existe un cuarto sector. Este sector abarca la industria de la información, la tecnología de punta, las telecomunicaciones, la investigación científica y, sobre todo, la educación. En este sector vivirían los científicos, cuyos conocimientos aplicados mejorarían el desempeño de los otros sectores. Ciertas teorías consideran que estos sectores forman una especie de pirámide.
Los países subdesarrollados se encontrarían en la base de la pirámide, en el sector primario, generalmente con economías agrícolas. Luego, el sistema de producción evoluciona, el sector primario va reduciéndose para darle paso al sector secundario. Finalmente, se convierten en países desarrollados, ubicados en la cúspide, con un sector terciario enorme. Sin embargo, es más conveniente, considerar el sistema como una rosquilla, en la cual el sector cuaternario se une con el primario y lo nutre suficientemente.
Una sociedad no puede separar los sectores productivos, pues, de pronto, puede descubrir la dependencia que tienen los unos de los otros. Si una plaga acaba con el ganado vacuno, se acaba la leche, y sin leche, se acaban los helados, los quesos y todos los productos lácteos. Sin productos lácteos que transportar, ¿qué sentido tiene el transportista y su camión? El comerciante que antes llenaba los anaqueles con multitud de productos, ahora los mira tan vacíos como sus bolsillos. La industria arruinada ya no puede financiar la investigación del científico que pudo haber evitado con sus conocimientos, el problema que lo originó todo.
La educación no es un gasto, ni un bien de consumo. Es una cualidad social, que permite aumentar el desempeño de las actividades que realizan las personas en cada uno de los sectores productivos. Gracias a la educación, las personas pueden inventar mejores tecnologías en el sector primario, pueden crear nuevos productos en el sector secundario, y en el sector terciario pueden mejorar la distribución de los productos y su precio; y, por ende, el bienestar general.