MALPAÍS YA TIENE copyright. Los hermanos Fidel y Jaime Gamboa, Iván Rodríguez, Manuel Obregón y Carlos "Tapado" Vargas se apropiaron de un espacio que nadie había ocupado antes para convertirlo en su proyecto personal. Músicos todos -conocidísimos-, optaron por darle forma a la deriva musical en la que se reunían de vez en cuando y, a partir de hoy, lo que hagan juntos corre por cuenta de Malpaís.
El primer concierto del resto de sus vidas se llama Historias de nadie, y será único, y será esta noche. "Este es un concierto para presentar en un teatro lo que hemos estado haciendo en las cantinas", comentan con orgullo, casi a coro.
Algo difícil de creer para unos músicos a quienes cuesta reunir, hasta para una entrevista. "Íbamos a ser un grupo de estudio, es decir, sólo íbamos a grabar y no a dar conciertos en vivo", explica Fidel Gamboa. Sin embargo, a pesar de las diferencias irreconciliables entre las cinco agendas, lograron ponerse de acuerdo, al menos por una noche.
El trabajo relajado de antes, casi familiar, se fue intensificando últimamente, hasta que lograron poner punto final a 20 composiciones originales, grabar un disco (que saldrá a la venta en febrero próximo) y plantar a Fidel Gamboa en un escenario, como único vocalista del grupo. Este último paso fue, quizá, el imposible.
"Yo paso por la pena de cantar", dice Fidel, sinceramente apenado. "Tengo mucho respeto por los cantantes y los cantautores, que están como desnudos en el escenario, sin ningún parapeto. Usar la voz como vehículo es mentalmente agotador", confiesa, exhausto.
"Nosotros nos hemos cansado de decirle a Fidel que más allá de la técnica está la expresividad", salta Iván Rodríguez. "A Fidel yo le creo lo que está diciendo", continúa. "Ya le hemos dicho que a este grupo no le hace falta un Pavarotti", añade Jaime Gamboa.
Por el momento, el reciente vocalista aparecerá sentado, colgando de su guitarra o su flauta. Lo que Malpaís le arrebató definitivamente a Fidel Gamboa fue el saxofón.
Temporada alta
Unos vienen del jazz, otros de lo latino y otros de todo eso -como eternos integrantes de Adrián Goizueta y el Grupo Experimental-, pero la mezcolanza, puesta en manos de Fidel Gamboa, se fue componiendo.
"El concierto se llama Historias de nadie, al igual que el disco, pues casi todas las canciones cuentan una pequeña historia, algunas de personajes de Guanacaste y otras de personajes más urbanos", explica Fidel.
"Partimos de la infancia y de Guanacaste, pero empezaron a llegar otras historias; incluso, comenzaron a suceder cosas curiosas, pues, muchas veces, la música pedía la historia", añade Jaime.
En un principio, todo venía inconcluso -las canciones, las letras, las historias y hasta la infancia guanacasteca de los Gamboa-, pero todo sirvió para empezar. "Cuando arrancamos el proyecto, casi no había ningún arreglo. Lo que sí hay es un trabajo medular de Fidel y Jaime", advierte Iván.
Sin descontar los estilos individuales, el objetivo común quedó claro desde el principio. Nada de música instrumental: a cantar canciones y a contar historias.
Sones, baladas y un poco de blues. Música criolla sin llegar a las marimbas. Aires de Guanacaste con la malicia del jazz. Aunque casi todos los integrantes están presentes, cuesta acercarse a una definición precisa. ¿Será que son demasiado originales? "Eclécticos", responde Iván. "No hay marimba pero huele a boñiga", enfatiza Jaime.
"Queríamos canciones que se sostuvieran por sí mismas y que pudieran ser cantadas en la playa con una guitarra o interpretadas en una sala de conciertos. Nuestro estilo acepta todo pues la idea es que cada pieza tenga valor por sí misma", apunta Jaime, uno de los principales proveedores de letras de Malpaís, quien no puede dejar de aceptar que la herencia literaria del grupo pasa por Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina, Serrat y Chico Buarque, con una dedicatoria especial a la música brasileña.
"Lo nuestro es música popular, y no hay ahí nada que no pertenezca a ese ámbito. La vía de las canciones es mucho más sencilla y sin arreglos muy complicados", explica Fidel.
"No es que no exista espacio para el lucimiento personal, pero no queremos pirotecnia; no queremos que eso sea el centro de Malpaís", comenta Iván.
Con la presentación del disco prevista para febrero próximo, las expectativas del grupo los hace saltar hacia delante un par de meses. "Entre nosotros hay una sensación de que la cosa puede dar para largo", dicen. "Esta es una nueva etapa, y yo voy con todo", sentencia Iván. "Vamos a llegar a donde se pueda", exclama Fidel. "Por lo menos, hemos durado más de lo que vaticinó Alberto Zúñiga (crítico de música)", concluye Jaime.