
¡Los pingüinos se han apoderado del cine! Lo hacen bien. Ya los vimos en cine animado, como en Happy Feet , y en un buen documental, drama incluido con tonos humorosos y tiernos, como lo es La marcha de los pingüinos .
Ahora, los caradriformes (entiéndase: los pingüinos) nos deleitan con deleite, nos asombran con asombro y nos gustan con gusto, gracias al buen talante y talento de la película animada Reyes de las olas (2007), dirigida por Ash Brannon y Chris Buck.
Este largometraje (de 85 minutos) nos sorprende desde su opción narrativa, siempre sustentada por la 3D, la de contarnos su relato como si fuera un documental hecho por otros (¿los cineastas del caso?).
El filme siempre se muestra consecuente con esta opción. Lo hace no solo con gusto, sino con imaginación artística: el relato se estructura de manera mágica.
A la larga, ese ardid narrativo no sea atendido en toda su extensión por la niñez presente en los cines, pero sabemos que es disfrutado por igual. Ya lo comprobamos.
Para los adultos, ese guiño del relato le abre una veta interesante: otra perspectiva. Desde ahí gozamos con la historia de Cody Maverick, pingüino surfero, obsesionado por el surf, arte o deporte frente a las olas, las del mar, no las de un refresco cocacolero.
No solo Cody nos llena la trama del filme, personaje muy bien diseñado, complejo a su manera y mejor entendido por sus creadores; igualmente , el argumento se enriquece con la presencia del pollo surfero, Joe, venido de Frío Janeiro, personaje secundario que le da coherencia sistemática al cuento pingüinero y le mete mucho humor (del inteligente, la “peli” trata con respeto a los niños: como personas igualmente inteligentes).
La pingüina salvavidas, llamada Alani Aliikai, enamora a cualquiera, a nosotros espectadores tanto como a Cody, beneficiado directamente por el encanto con el que fue diseñado este personaje femenino.
Elogios debemos soltar ante la figura del pingüino el Gran Zeta, quien viene a sistematizar la bondad de la moraleja del filme, porque esta película se permea de buen contenido y de mejor mensaje para todos, con actualidad en su texto.
La textura animada es extraordinaria, sobre todo al figurar el mar y sus olas, para dar cuerpo a la sutileza del humor, a la emoción y a la parábola. Les recomendamos que vean Reyes de las olas ; insistimos en esto: no se la piedan.