El 11/11/2011, La Nación informó sobre una aclaración de quién debe pagar por hacer o recibir llamadas de telefonía (“Sutel aclara que en Costa Rica solo paga el que realiza la llamada”). Con ocasión de esa nota, es ineludible repasar los tipos de regímenes de cargos entre operadores y entre consumidores y operadores en los mercados de telefonía.
Alrededor del mundo, los supervisores de la industria de telecomunicaciones disponen de dos conjuntos de regímenes para vigilar los cargos por intercambio de tráfico en el mercado de telefonía.
En primer lugar, existen los cargos al por mayor, los cuales se refieren a los pagos entre operadores para compensar entre sí el tráfico intercambiado entre sus redes (i. e. de ICE a Movistar o Claro, de Movistar o Claro al ICE, etc.). En segundo lugar, están los cargos al por menor, es decir, los pagos que realizan los consumidores a los operadores por los servicios prestados.
Interconexión. Los pagos por interconexión se hacen con el objetivo de permitir a un operador recuperar el costo por el transporte y terminación de tráfico que se origina en la red de otro operador. Por ejemplo, los pagos que Movistar o Claro hacen al ICE para que este les transporte y termine las llamadas que se generan en sus redes propias.
Existen, principalmente, tres regímenes de cargos de interconexión. Primero, en el régimen “la red que llama paga” (“calling party network pays” (CPNP)), el operador que origina la llamada es responsable de pagar un cargo por minuto al operador de destino por el tráfico intercambiado entre las redes.
Segundo, en el esquema “bill and keep” (BAK), no hay cargos por minuto percibido entre los operadores interconectados debido al intercambio de tráfico y no se intercambian pagos. Los operadores pueden recuperar el costo de transporte y terminación de todo el tráfico originado en las redes de otros a través de sus propios consumidores. Este régimen requiere de operadores que intercambien volúmenes de tráfico muy similares.
Tercero, bajo el régimen “mobile party network pays” (MPNP), el operador de telefonía móvil es responsable de pagar un cargo por minuto por todo el tráfico (sea originado o terminado) intercambiado con los operadores de telefonía fijas. En este caso, los pagos por el intercambio de tráfico con los operadores de telefonía móvil se realizan utilizando, por defecto, el régimen BAK.
¿Quién paga? Desde el punto de vista de un operador, la forma de establecer sus precios de venta representa una elección acerca de cómo se eligen recuperar los costos que le generan sus clientes propios y, potencialmente, poder cubrir tanto la originación como la terminación de llamadas, así como los costos fijos y otros servicios de valor añadido.
Existen dos tipos de esquemas. Primero, dentro del régimen “el que llama paga” (“calling party pays”, CPP), a los consumidores se les cobra una tarifa por minuto que origina y no se les cobra por recibir llamadas entrantes.
El costo de terminación de las llamadas en la otra red se paga por la red de la persona que llama, que cubre la tarifa de originación que cobra a sus abonados.
Segundo, en un régimen de “el que recibe paga” (“receiving party pays”, RPP), los consumidores pagan una tarifa por minuto de tiempo aire por todas las llamadas entrantes y salientes que realizan. Este régimen se conoce comúnmente como el régimen “la parte móvil paga” (MPP).
El régimen “el que recibe paga” fue muy utilizado durante los primeros años de la telefonía celular, especialmente en países desarrollados.
Posteriormente, fue sustituido por el régimen “el que llama paga”.
No obstante, “el que recibe paga” es un régimen utilizado en un pequeño número de países caracterizados por industrias de telecomunicaciones maduras, productores de tecnología de telecomunicaciones, con una alta cobertura de Internet en el hogar y un alto ingreso per cápita, tales como son los casos de Canadá, Estados Unidos, Hong Kong, el Reino Unido y Singapur.
Sería excepcional, entonces, el uso de este régimen en Latinoamérica.
Por todo lo anterior, la combinación de regímenes de precios al por mayor y al por menor que justiprecie el regulador, junto con los consumidores y los operadores, será crucial para el desarrollo exitoso de la industria de telecomunicaciones de la nación.