Los paisajes de nuestro país se convierten en aulas sin fin para miles de niños gracias a las giras educativas que les ofrece Madreselva.
Desde hace un año, esa pequeña empresa organiza paseos a muchos (¡a 55!) rincones del país.
Con el programa de estudios en las manos, la empresa diseña cada gira didáctica. Así, estudiantes de escuelas y colegios visitan sitios donde pueden consolidar los conocimientos adquiridos en las aulas: cívica, historia, biología y educación ambiental, entre otros cursos.
Con nombre de mata aromática, Madreselva es una empresa familiar. Pertenece al matrimonio de Maylin Cruz y Óscar Salas. Su ilusión es inculcar en los "pequeños ciudadanos" las ganas profundas de proteger el ambiente.
En las giras, los estudiantes van acompañados por un profesional o estudiante de biología, quien explica el recorrido a los viajeros. Estos también reciben documentos sobre los temas observados en la gira.
¡De paseo!
Este es el menú: parques nacionales, reservas indígenas, museos, plantas hidroeléctricas, refugios silvestres... Todos pueden ser -todos son- libros vivos para el aprendizaje.
En el año que lleva esta empresa, 2.000 estudiantes costarricenses y 400 extranjeros (de intercambio en el país) ya han asistido a las giras de Madreselva.
En las aventuras participan tanto centros educativos públicos como privados. Los costos por alumno están entre ¢3.500 (giras de mediana distancia) y ¢6.000 (recorridos más largos). También hay paseos especiales de más de un día.
Los alumnos del Colegio La Salle son algunos de los afortunados de este programa pues esa institución ha programado, para el 2001, dos paseos por grado.
"La gira de campo es una excelente opción para los educadores: reafirma los conocimientos adquiridos y da un aprendizaje amplio en muchos temas", dice Graciela Fernández, maestra de tercer grado de La Salle.
"En la gira ven en la realidad lo aprendido: la conservación del ambiente, ecología, historia. El estudiante lo percibe bien", agrega.
Este lunes, su grupo partirá hacia Tapantí, donde los niños observarán la vegetación, el clima y el relieve del área.
Wanda Petersen es una de las guías de Madreselva. Ella es bióloga y le ha tocado llevar a estudiantes al volcán Poás y al Cerro de la Muerte.
Antes de cada gira, Petersen recibe un guion donde se especifica cuáles son los temas que debe tratar. "Si vamos al Cerro de la Muerte y pasamos por Ochomogo, ahí paramos y les hablo de la batalla", dice.
"Madreselva trata de inculcar a los chiquitos la educación ambiental; aunque cuesta, se está logrando el objetivo", explica Petersen.
Aprender con el ambiente
Las buenas ideas se conocen entre sí, y se llaman. Una nueva idea ha nacido en Madreselva.
Junto con el empresario argentino Rubén Darío, Madreselva gestiona la creación de un centro de educación ambiental.
Ubicado en los alrededores del Parque Nacional Braulio Carrillo, el rancho Chetica albergará el centro. Son 28 hectáreas que Darío ha destinado a la reforestación.
Allí florecerán tres talleres destinados a la educación ambiental. El primero consistirá en la confección de papel reciclado. Otro llevará a los pequeños y jóvenes a sembrar los árboles que reforestarán el terreno. El último taller ahondará en el tema de los animales en vías de extinción.
Sin duda, Madreselva da a niños y jóvenes los anteojos necesarios para hacer una lectura aventurosa de esos textos verdes de nuestro país.
Encuentros con la tierra
Madreselva ofrece 55 programas de giras. La empresa proporciona el transporte, seguros contra accidentes, guía especializado, material didáctico, entre otros.
Para más información puede dirigirse a:
Telefax: 245-6336.
Celular: 392-7202.
Correo electrónico:madresel@racsa.co.cr