Del entrenador de Senegal, Bruno Metsu, se habla y se espera mucho en el Mundial de Futbol.
Pasar a cuartos de final con una selección "primeriza" en las canchas mundialistas ha sido la mejor vitrina para el técnico, quien aguarda el choque de este sábado frente a Turquía.
¿De dónde salió ese melenudo entrenador, nacido en Francia, pero convertido ahora al "senegalismo"? La cabeza de los Leones de la Teranga , como se conoce a Senegal, nació el 28 de enero de 1954 en el pueblo francés de Coudekerque.
Militó como jugador de futbol en el Anderlecht, belga, y en los equipos franceses: Dunkerque, Valenciennes, Lille, Niza, Roubaix y Beauvais. En ese último club comenzó su carrera como entrenador.
El técnico se instaló en Senegal en noviembre del 2000. Consigo llevó una experiencia africana de seis meses al frente del conjunto de Guinea.
En pocos meses se vieron sus frutos: hizo subcampeón a Senegal en la última Copa de África que se disputó en febrero y obtuvo una ejemplar clasificación para el Mundial.
Ni los equipos de Marruecos, ni Argelia, que eran favoritos, pudieron derrotarlo y solo perdió su condición de invicto en El Cairo, Egipto. Con esos méritos, Metsu fue nombrado entrenador del año en África.
Cambio de patria
Senegal es una excolonia francesa y, por más que se haya independizado conserva fuertes lazos con Francia.
Metsu, sin embargo, dejó de lado el patriotismo: "en la Copa soy cien por ciento senegalés. El deporte está por encima de cualquier otra cosa en una ocasión como ésta", dijo tan solo unos días antes de que los franceses salieran por la puerta trasera del Mundial de Futbol.
De hecho, Metsu es el primer entrenador francés que coloca en cuartos de final del Mundial a una selección que no es la de su país.
El protegido de Metsu, el mejor futbolista africano del año pasado, El-Hadji Diouf, afirma que el técnico se ha convertido en algo similar a un padre. "Puedo hablar con él sobre cualquier cosa: futbol, vida, mujeres", señala Diouf.
Sus lazos con Senegal llegan a su vida privada: Metsu se casó en marzo con una joven senegalesa, previa conversión a la religión musulmana, cuya fe abrazó con el nombre de Abdou Karim.
Para la boda, el técnico tuvo que dar una dote.