Me han pedido recomendar libros "de autoayuda" para parejas. Difícil tarea porque hoy en día uno encuentra en librerías una infinidad de obras con títulos muy sugestivos, muchas de las cuales, confieso, no he tenido tiempo de leer.
Además, aunque asumamos que se escribieron con la mejor intención del mundo, quizás aborden situaciones demasiado ligadas a la realidad del momento y lugar que vivían sus autores. Por ejemplo, su contenido podría aplicarse a parejas de cultura anglosajona, jóvenes y de clase media, pero no a otras parejas.
Y hay otro problema: si buscamos libros con fórmulas o recetas, o incluso soluciones mágicas para afrontar problemas personales, esos no existen. O sea, para esto no hay obras que incluyan un perfecto "hágalo usted mismo", como los de cocina o mecánica básica. Tampoco existe el escrito que refleje perfectamente "mi caso", como si su autor me estuviera haciendo una especie de carta personal.
Aun más, no hay ningún escrito técnico que pueda realmente incluir a todas las personas. En cambio, sí hay escritos literarios que con adecuada reflexión y análisis permiten deducir recomendaciones muy válidas para enfrentar problemas fundamentales de la vida.
En lo que se refiere a la vida en pareja, difícilmente hay un texto más completo (aunque ocupe una sola página) que el de Jalil Gibrán sobre el matrimonio, en su libro El Profeta.
Cuando dice, por ejemplo: "Y manteneos unidos, pero no excesivamente: pues las columnas del templo se yerguen separadas, y el roble y el ciprés no crecen el uno bajo la sombra del otro". ¿Podemos deducir mejor recomendación que la de que cada uno conserve su propia individualidad? Si las columnas que sostienen un techo estuvieran completamente juntas, ¿podrían así soportar el peso que le corresponde a cada una? No. La estructura se caería. Así es la vida en pareja: dos personas, como dos columnas, que se unen para sostener juntas el peso de la estructura familiar que han decidido crear.
Todo problema humano requiere de profunda reflexión y análisis personal. Si esto existe, casi cualquier lectura que encontremos podría ser positiva. Solo debemos aplicar una buena dosis de sentido crítico para hacer los ajustes apropiados a nuestra situación particular.