EL ENOJO DE HARRY lo lleva al ejercicio prohibido de la magia: por eso la tía Marge resulta inflada como una bomba y sale por los aires como un papalote. Estamos, así, en el comienzo de la tercera película con las aventuras de este niño creado por la pluma de la escritora J. K. Rowling.
Se trata de Harry Potter y el prisionero de Azkabán (2004), dirigida esta vez por un realizador mexicano de gran talento: Alfonso Cuarón, nacido en 1961, quien estuvo en Costa Rica para el estreno de su película Y tu mamá también (2000). Otras buenas películas suyas lo fueron: Solo con tu pareja (1992), La princesita (1995) y Grandes esperanzas (1998).
Ahí está la mano de la diferencia: Alfonso Cuarón logra sobreponerse a alguna frialdad presente en las dos cintas anteriores dirigidas por Chris Columbus (esta vez, productor). Esa frialdad, pensamos, venía del excesivo apego que la autora de los libros exigía a sus obras.
Lo cierto es que las películas con Harry Potter suben como la fiebre por un termómetro. La cámara secreta se sobrepuso a la piedra filosofal y, ahora, es más fino e irónico el humor, las actuaciones mejoran, son más logrados los efectos especiales en función del relato, hay una mejor planificación de las secuencias de acción y un mejor diseño de los personajes (los conocidos y los desconocidos hasta el momento).
Así desde la hinchada tía Marge. Agreguemos: un extraordinario autobús noctámbulo que recoge a los magos desperdigados, un más que fantástico "pub" llamado el Caldero Chorreante, un sorprendente Ministro de la Magia y un enigmático mago, Sirius Black, que se ha escapado de la cárcel de Azkabán, para brujos. Sirius es hechicero cuyas llaves carceleras lo ligan con los padres asesinados de Harry.
Por culpa de la fuga de ese mago, andan en pesquisas unos aterradores guardas llamados Dementores, capaces de absorber las almas de sus presos; también aparece un insólito profesor en Artes Oscuras, Lupin, con quien se abre un mundo de licántropos (hombres y lobos en confusas personalidades a la luz de la Luna). Dentro del nuevo terror hay momentos hermosos, como el vuelo de un espléndido hipogrifo, mitad águila, mitad grifo (animal fabuloso).
Incluso, esta vez, el tradicional partido de "quidditch" está cercado por la lluvia, la tormenta y el terror. No hay duda, en esta tercera entrega hay un mundo de pesadillas muy bien logrado, mientras se sugiere un cambio de los niños, sobre todo de Hermione y Ron. Esta es, en resumen, la mejor película con Harry Potter a bordo, menos infantil, con más riesgo al mostrar la maldad, el misterio y lo siniestro.
Cómo, cuándo, dónde...:
Qué: Harry Potter y el prisionero de Azkabán se exhibe en Cinépolis, Cinemark y CCM.
Entrada: De ¢1.000 a ¢1.500, según la sala. Precio especial en funciones de la tarde y para pensionados.
Horario: Funciones regulares.
Estreno: Hoy, viernes.