Si las cucarachas pudieran hablar, podrían contar la historia de la Tierra: aparecieron hace 400 millones de años, caminaron por las patas de los dinosaurios, son más resistentes que un tiburón y sobrevivieron a las hecatombes nucleares...
Se explica usted entonces por qué cuesta tanto exterminar esa milenaria especie. Humberto Lezama, biólogo del Museo de Insectos de la Universidad de Costa Rica, explicó que las cucarachas poseen una asombrosa capacidad de adaptación a los diversos ambientes.

El cuerpo de las cucarachas está cubierto de sensores que les permiten advertir los peligros y, por tanto, huir y esconderse entre las sombras.
No les gusta la luz, y por ello habitan en sitios muy oscuros y poco ventilados, como armarios y guardarropas, y debajo de camas y fregaderos.
Se calcula que sobre el planeta hay 3.500 especies de cucarachas, de las cuales solo un pequeño número (entre cinco y siete) viven en los domicilios y edificios; el resto habita en los bosques.
En Costa Rica, las variedades más comunes son la americana, la australiana y la alemana.
Las cucarachas resultan muy prolíferas y su ciclo de vida varía según la especie; por ejemplo, la americana vive hasta dos años y medio.
Sin embargo, esos insectos cumplen una función positiva para el medio pues ayudan en la descomposición del material orgánico y forman parte de la cadena alimentaria, ya que existen otros animales que se alimentan de ellas.
Seres nefastos
No obstante, en las casas son seres nefastos e indicadores de contaminación. Rondan por basureros, desagües y tanques sépticos, y, si sienten hambre, se acercan a la cocina o donde está la comida.
En esos "viajes" contaminan alimentos y objetos, y por ello se las liga con la transmisión de un sinnúmero de enfermedades (como el cólera y otras diarreas) causadas por microorganismos que están en la materia fecal.
Tanto Teresita Solano, entomóloga del Ministerio de Salud, como Lezama precisaron que el mejor método para exterminar las cucarachas es el aseo extremo en las casas de habitación, especialmente en las cocinas.
Como son insectos de hábitos nocturnos, los especialistas aconsejaron no dejar trastos sucios de un día para otro, y cuidar que no quede ni una migaja de pan. Asimismo, recomiendan mantener los basureros limpios y muy tapados, colocar mallas finas en los desagües para impedir el paso hacia las viviendas.
Sugirieron también usar insecticidas caseros, trampas y la confección de una especie de cajetitas preparadas con ácido bórico y leche condensada, que se ponen en los sitios donde los insectos suelen estar.
Sin embargo, Lezama hizo hincapié en el cuidado que se debe tener cuando en las viviendas hay niños, personas con discapacidad o mascotas, pues se puede correr el peligro que confundan las venenosas "cajetitas" con una golosina.