Washington, 2 ago (EFE).- El rey Carlos I de España y V de Alemania sufrió grandes dolores artríticos provocados por la gota, que podrían ser la causa de su abdicación dos años antes de morir, según han descubierto investigadores de la Universidad de Barcelona.
El descubrimiento fue posible gracias al análisis de un dedo meñique del rey, que había sido preservado en una cajita de terciopelo rojo, según publicó hoy el último número de la revista "New England Journal of Medicine".
El equipo encabezado por el científico Jaume Ordí analizó el dedo después de rehidratarlo y descubrió indicios reveladores de gota, como la acumulación de cristales de ácido úrico en él.
Ya existían sospechas fundadas de que Carlos I padeció la enfermedad, si bien este último descubrimiento viene a confirmar el papel determinante que la gota ejerció sobre su reinado, que se extendió de 1516 a 1556 y en el que, según él mismo dijo, nunca se ponía el sol por la extensión de sus dominios.
El monarca sufrió unos dolores muy intensos a lo largo de su vida y tenía que ser desplazado en una silla especial en sus últimos años, antes de abdicar en su hijo Felipe II y retirarse al monasterio de Yuste, en Cáceres.
La condición de Carlos I (1500-1558) empeoró progresivamente hasta el punto de influir en él a la hora de tomar decisiones de gran peso histórico, según los autores del estudio.
Una de estas decisiones pudo ser el aplazamiento del ataque contra la ciudad francesa de Metz, lo que, según los historiadores, pudo frustrar sus posteriores opciones de éxito cuando lo intentó en 1552.
La gota es una enfermedad metabólica producida por una acumulación de ácido úrico en el cuerpo, sobre todo en las articulaciones y en el riñón, que cristaliza y produce fuertes dolores.
Aparece en personas con estilos de vida poco saludables y con una dieta demasiado rica en carne roja, como podría colegirse del desmesurado apetito de Carlos I por la buena comida y la bebida.
Carlos I fue el primer rey que unió en su persona las coronas de Castilla y Aragón y también fue emperador del Sacro Imperio Romano con el nombre de Carlos V.
Hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, heredó de sus abuelos paternos los Países Bajos, los territorios austríacos y derecho al trono imperial y de los Reyes Católicos, por vía materna, el Reino de Castilla, Nápoles, Sicilia, las Indias, Aragón y Canarias. EFE
er/mv/bg