Su cabello blanco delata los 68 años que lleva encima, mas contradice el vigor y aspecto saludable de Sergio González Delgado.
Popularmente conocido como Caracoles , su extraordinaria pasión por el futbol lo ha convertido en todo un personaje en su natal cantón de Belén, en Heredia.
Fue en 1983, después de una larga trayectoria en equipos locales como el Belén Junior, España y el de Veteranos, allá por la década de los 60, cuando don Sergio fundó el Deportivo Leco, al cual todos llaman el equipo de Caracoles .
Y es que, desde el momento de su fundarlo, don Sergio se convirtió -como el mismo lo afirma- "en el dueño de la bola y del equipo".
"Ahí comencé a sufrir", dice medio en broma y medio en serio, pues, aparte de las satisfacciones que le brinda el futbol, el tener bajo su responsabilidad un equipo aficionado lo obliga a realizar mil peripecias para mantenerlo.
Los uniformes, el pago de la cancha, conseguir "retos"...; en fin, la tarea es ardua, y por ello agradece el apoyo de su esposa, Dinorah Delgado Jiménez, encargada de lavar los uniformes.
Una de las características interesantes del Deportivo Leco es que no hay distingo de edades: para unirse al equipo solo hace falta ser cumplido y tener muchas ganas de jugar.
¿Por qué un hombre de su edad todavía juega futbol como si fuera un adolescente? "¡Diay! Es que me gusta hacer el ridículo", contesta sin mucho preámbulo a quien se atreve a cuestionar su afición.
Don Sergio siempre ingresa como jugador por un rato y después reasume su puesto en el banquillo.
Aunque cortas, sus intervenciones a menudo terminan con el balón en la red opuesta. Uno de los goles más recordados lo anotó hace unos años contra el equipo de radio Monumental .
La actividad es constante. Por ejemplo, este sábado tienen programado un partido por invitación en Lepanto (península de Nicoya) y casi todos los años visitan la comunidad guanacasteca de Guaitil para participar en las celebraciones del Festival del Comal.
Además, religiosamente, los martes y jueves, Caracoles se une a las famosas mejengas de mediodía en la plaza de deportes de San Antonio de Belén, con el fin de divertirse y mantenerse en forma.
Como testimonio de su paso por las canchas, don Sergio posee una colección de placas y trofeos y atesora un álbum con las fichas de inscripción de todos los jugadores que han pasado por su equipo.
Su buena salud, dice él, se la debe al futbol. A Dios da agradecimiento por permitir que un hombre de su edad pueda seguir con la "fiebre" de niño de darle patadas a la pelota.