EscucharMilán (Italia), 16 ene (EFE).- Versace, Dolce&Gabbana y Rocco Barocco fueron algunos de los encargados de inaugurar la pasarela de Milán de la moda masculina para el próximo otoño-invierno, a la que llevaron hoy una elegancia que deja de lado cualquier exceso.
Hasta el próximo jueves, el escaparate milanés mostrará las propuestas de 52 diseñadores, algunos ya habituales y otros debutantes en la capital de la moda italiana, como Roberto Menichetti, el ruso Denis Simachev y el japonés Mihara Yasuhiro.
A la primera categoría pertenece Donatella Versace, que a la cita milanesa ha llevado una colección fiel al cambio de estilo que la firma ya inició en septiembre con su colección femenina, necesario a fin de reconquistar el mercado.
La casa de la medusa rescata para ello un "glamour" más vendible sin llegar a ser comercial, un estilo impecable pero nunca aburrido, clásico e inconformista a la vez. Un cambio que es, para muchos, el paso del rock al arte.
La fuente de inspiración para esta colección, explicó Donatella, ha sido Fred Hughes, la mente financiera de la "factory" de Andy Warhol, representante de un estilo elegante que se sale, no obstante, de las reglas del juego.
"Vestía con el traje justo en el momento equivocado", bromeó la diseñadora.
Esta tendencia se ha traducido en abrigos forrados con piel, elegantes trajes de raya fina acompañados de camisas de seda también rayadas y corbatas sobrias pero impactantes, como la estampada con motivos en blanco y negro inspirada en un cuadro de Gustav Klimt.
Los excesos y exageraciones quedan a un lado: "hoy sería ridículo ver por la calle indumentarias muy decoradas. Y este es el hombre que hoy me convence, un tipo a lo Jude Law", añadió la estilista.
El veterano dúo Dolce&Gabbana recuperó para la pasarela milanesa el prototipo del "sex-symbol" latino, un hombre que mantiene la seducción del que sabe pasar de sobrio ejecutivo a deportista informal.
Para el próximo otoño-invierno, los italianos proponen una amplia colección que contiene desde jerseys y pantalones deportivos a elegantes trajes cruzados para los que se mueven en el mundo empresarial, complementados con camisas blancas y zapatos de punta.
Es un hombre que sabe cambiar de registro rápidamente y cultivar el tiempo libre, para lo que utiliza vaqueros multicolor y abrigos militares forrados en piel y alegrados con puntadas de color.
El napolitano Rocco Barocco ha creado por su parte una colección inspirada en los años 70 con un homenaje particular a Jim Morrison, el legendario cantante de "The Doors".
El estilista propone un "look" informal, para un hombre de entre 20 y 40 años que se decanta con frecuencia por los pantalones vaqueros, a veces con parches y zurcidos, y a menudo dentro de botas altas de piel.
Los acompañan cazadoras con el interior de pelo, chaquetones de piel al más puro estilo de los años sesenta -aunque mucho más ligeras- y diáfanas camisas de seda adornadas con "strass" y mínima pedrería.
Para dar vida al hombre que imagina para el próximo otoño, Rocco Barocco eligió al modelo español Sergio Muñiz, que, convertido en un imán mediático en Italia tras vencer en el programa "La isla de los famosos", abrió y cerró el desfile entre calurosos aplausos.
Muñiz, nacido en Bilbao en 1975 y con una amplia carrera como modelo para firmas como Calvin Klein o Sergio Tacchini, representa para Barocco el paradigma de un "Jim Morrison moderno, en el que me inspiro por su música, su leyenda y su mundo visionario; no por sus aspectos más transgresores", dijo el estilista.
Y es que las tendencias que se vislumbran para el otoño-invierno 2004-2005 apuntan hacia la elegancia, la huida de los excesos innecesarios y el retorno a un hombre que no necesita provocar para dejar su huella. EFE
mic/vv
