Washington, 12 jul (EFE).- El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo hoy que el presidente de EEUU, George W. Bush, tiene la confianza en su principal asesor político, Karl Rove, que presuntamente divulgó el nombre de una agente secreto.
Durante dos días la prensa estadounidense machacó a McClellan en sus ruedas de prensa sobre el papel de Rove en el escándalo y si Bush aún confiaba en él.
"Todo individuo que trabaja aquí en la Casa Blanca tiene la confianza del presidente. No estaría trabajando aquí si no tuviese la confianza del presidente", dijo.
McClellan no dijo cuándo el presidente supo que Rove había hablado con el periodista de la revista "Time" Matthew Cooper sobre la agente secreto, ni lo que le dijo, ni si creía que su acción constituía un delito.
"Este no es el momento apropiado para responder a esas preguntas, mientras continúa la investigación", dijo McClellan, que repitió una contestación similar varias veces ante la insistencia de la prensa.
Rove presuntamente habló con Cooper sobre la agente secreto Valerie Plame, cuyo esposo, Joseph Wilson, había criticado al Gobierno.
Wilson, un ex embajador, fue enviado a Níger por la CIA para averiguar si Sadam Husein había intentado comprar uranio allí para fabricar una bomba atómica. En su informe concluyó que no había pruebas de ello.
Aún así, Bush repitió esa acusación en un discurso sobre el Estado de la Nación dos meses antes de la invasión de Irak, en marzo del 2003.
Poco después de que Wilson diese a conocer su misión en Níger, fuentes gubernamentales dijeron al periodista Robert Novak que la mujer del ex embajador era una agente secreto, en un aparente intento de desacreditar a Wilson, que habría conseguido ser contratado por la CIA por las conexiones de su esposa.
Cooper escribió un artículo sobre el asunto después que Novak.
Otra periodista, Judith Miller, de "The New York Times", está en la cárcel por negarse a revelar sus fuentes sobre el asunto a un fiscal que investiga el caso, puesto que en EEUU es un delito decir a sabiendas la identidad de un agente secreto.
Bush prometió despedir a quien divulgó el nombre de Plame, pero desde que se ha sabido que Rove habló sobre el tema con Cooper, no ha realizado ningún comentario.
Hoy no respondió a una pregunta sobre el asunto en una comparecencia ante los fotógrafos tras una reunión con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong.
El senador demócrata John Kerry, al que derrotó en las elecciones de noviembre, pidió hoy a Bush que despida a Rove, que Bush describió como su "arquitecto" político tras esa victoria.
Otros miembros del partido de la oposición han solicitado que la Casa Blanca revoque el acceso de Rove a información confidencial, pero McClellan excluyó hoy esa medida.
"Hay un cierto número de personas en la Casa Blanca que tienen niveles diferentes de seguridad y estoy seguro de que esos individuos tienen el acceso de seguridad apropiado", señaló.
El portavoz negó que la presencia de Rove en la Casa Blanca sea un impedimento o una distracción para que el presidente logre metas.
"Todos los que trabajan aquí nos ayudan a avanzar en nuestra agenda y eso incluye a Karl de una forma muy grande", dijo.
En 2003, McClellan dijo que era una "sugerencia ridícula" que Rove estuviese involucrado en la filtración del nombre de Plame y afirmó que "el presidente sabe que Karl Rove no estuvo implicado".
Como en las últimas ruedas de prensa, McClellan se negó hoy a decir si aún mantiene esas declaraciones. EFE
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