El País. Una réplica del Kitty Hawk , el primer avión que logró volar un tramo de 30 metros, se presentó la semana pasada en Washington Estados Unidos como parte de las celebraciones del centenario de la aviación.
El endeble avión que sobrevoló las dunas costeras de Carolina del Norte, el 17 de diciembre de 1903, no fue el primero que construyeron Orville y Wilbur Wright. Antes hubo otros tres vehículos que no lograron despegar jamás.
Todas las máquinas que fabricaron los hermanos Wright, desde 1899 hasta 1911, anteriores y posteriores al primer vuelo, están siendo reproducidas y probadas con todo detalle en el programa de la Discovery Flight Foundation, encargado a la organización Wright Experience.
La culminación de esta movilización histórica será la reproducción de aquel primer vuelo en la misma fecha y el mismo lugar, para lo cual ya han sido seleccionados cuatro pilotos.
Numerosas asociaciones y empresas participan en la conmemoración, y el martes se presentó formalmente la réplica del Kitty Hawk que realizará el vuelo de la mano de la Experimental Aircraft Association y la empresa automovilística Ford, que también celebra su centenario. Microsoft anunció, además, un nuevo simulador de vuelo que conmemora la histórica gesta realizada por los famosos hermanos Wright.
Obra de ingeniería
Detrás de esta celebración hay un interesante trabajo histórico y de ingeniería, dificultado por el hecho de que no se conservan, ni la documentación, ni las máquinas de los hermanos Wright.
Lo anterior se debe a que siempre protegieron con celo sus secretos profesionales por miedo a los imitadores.
Como parte de ello, nunca llegaron a contar su historia en público, explica Ken Hyde, el piloto estadounidense que fundó Wright Experience.
De hecho, Kitty Hawk es el nombre de un entonces remoto pueblo de pescadores, elegido por los hermanos Wright por su aislamiento.
Varios objetivos
Para Hyde, lo importante es transmitir al mundo la base científica que desarrollaron los hermanos Wright, hasta ahora mal conocida.
Parte de esta base son los estudios de modelos de ala en miniatura que realizaron hasta 1901 en un túnel de viento casero de dos metros de longitud.
Ahora, la reproducción del aparato original fabricada por Wright Experience ha pasado por el túnel de viento de verdad del centro de investigación Langley, en Virginia, una veterana instalación de la NASA en la que Orville participó como consultor.
El aparato, que se ensayó con un motor eléctrico, demostró ser seguro ya que resistió sin daños el equivalente a unas veinticinco horas de vuelo, de las cuales, al menos cinco con el motor funcionando. Eso es mucho más de lo que voló de verdad.
Según Colin Britcher, catedrático de ingeniería aerospacial en la Universidad Old Dominion, y director de los ensayos aerodinámicos de la réplica, el objetivo de los ensayos es establecer su envolvente de vuelo y generar una base de datos que sirva para el desarrollo de un simulador de vuelo ajustado a la realidad.