
Nueva York dpa Durante la década del ochenta, Kathleen Turner saltó a la fama como una de las actrices más sensuales del momento. La artista fue incluso considerada, en 1992, para interpretar el rol protagónico de Bajos Instintos , que lanzó a la fama a Sharon Stone.
Dos décadas más tarde, Turner mantiene su voz ronca, cabellera rubia y sonrisa sensual. Pero atrás quedó su imagen de mujer fatal.
Los últimos años no fueron fáciles para Turner. En 1993, durante el rodaje de Serial Mom , la actriz comenzó a sufrir dolores intolerables. Cuando fue finalmente diagnosticada con artritis reumática, no podía girar su cabeza ni caminar, por lo que debió usar silla de ruedas.
Los tratamientos a los que fue sometida incluían una forma de quimioterapia, que ocasionó que su rostro se hinchara. Ante su imagen, la prensa comenzó a especular con que abusaba del alcohol.
Solitaria. La actriz confesó que no se molestó en corregir estos rumores, ya que muchos artistas borrachos consiguen trabajo en Hollywood, pero no así los que padecen de alguna enfermedad rara. Por esta razón prefirió mantener su padecimiento en secreto y sufrirlo sola, en privado.
Su enfermedad fue finalmente controlada gracias a una nueva droga y la actriz se convirtió en la voz de las personas que padecen este mal, apareciendo en diferentes programas televisivos para hablar sobre esta forma de artritis.
Una vez revelado su secreto, la actriz decidió confesar su adicción al alcohol. En 2002, pocas semanas después de terminar su protagónico en la obra El Graduado , la actriz se internó en una clínica.
"No tengo problemas con el alcohol cuando estoy trabajando, es cuando estoy desocupada", dijo al diario The New York Times . "Una noche perdí el conocimiento, entonces decidí internarme y aprender más sobre mí, sobre las presiones de la sociedad", admitió.
Tres años más tarde, Turner regresó a Broadway para interpretar a una alcohólica en la obra teatral Quien se asusta de Virginia Wolf , estrenada el pasado fin de semana.
"La bebida hace que Martha revele su lado oscuro. Pero la obra no trata sobre su alcoholismo, sino sobre el desperdicio que es su vida", afirmó Turner de su personaje.
Después de numerosos tratamientos, Turner perdió la hinchazón en la cara y algunos kilos. Se somete diariamente a terapia física para mantenerse en buenas condiciones y controlar los dolores.
La actriz piensa regresar a la pantalla próximamente con la película Monster House , bajo la dirección de Gil Kenan.