Madrid, 13 nov (EFE).- La escritora Julieta Campos, cubana afincada en México, plasma el devenir de Cuba en su novela "La forza del destino", donde expresa a través de 14 generaciones todo lo que aprendió de la vida, el amor y la muerte y que, según asegura a EFE, "es el libro de mi vida, siento que ya puedo morir tranquila".
Campos, que vuelve a la novela con esta obra de estructura musical tras una década dedicada al ensayo, subraya que no es un libro histórico ni político, sino "una crónica, una saga que salta en el tiempo y quiere trasmitir la sensación de la continuidad de la vida, con el amor y el destino al frente, a través de las generaciones humanas".
"La forza del destino" cuenta la trayectoria de la familia de la Torre, desde que en el siglo XVI llega a Cuba procedente de España hasta la generación que vive en el siglo XX, y las vivencias personales y familiares que se intrincan con la historia de la isla a lo largo de unas 800 páginas.
La novela, con título de Giuseppe Verdi, se divide en tres tiempos musicales, de los que el primero es como una obertura, un coro donde aparecen voces de vivos y muertos de la Cuba contemporánea como Guillermo Cabrera Infante, Celia Cruz y Fidel Castro, pues la autora quiere "transcribir en palabras una melodía que me había perseguido durante muchos años".
Campos partió de Cuba en 1955 hacia México, donde se casó y empezó a vivir como una ciudadana de ese país, dejando a un lado su identidad cubana, recuerda a EFE.
En los años 60 comenzó a escribir una literatura muy vanguardista, con obras como "Muerte por agua" o "Celina o los gatos".
"Redactaba novelas cercanas al 'nouveau roman', donde el tiempo estaba encapsulado y el espacio era indefinido, cuestión que claramente tenía que ver con la escisión de mi identidad en dos partes", comenta.
A finales de los años 70 sintió la necesidad de escribir sobre sus orígenes cubanos y la lectura de una saga de Thomas Mann se convirtió en una de las primeras inspiraciones para esta novela.
El proyecto se vio interrumpido al ser nombrado su marido gobernador de Tabasco y tuvo que archivarlo durante trece años, "aunque la idea -confiesa- me seguía dando vueltas en la cabeza".
Con el paso del tiempo, además de escribir ensayos como "¿Qué hacemos con los pobres?"(1995) y dedicarse a la vida pública, Campos encontró un libro de nueve volúmenes sobre genealogía cubana fundamental para su argumento.
En 1990, cuando su marido fue nombrado embajador en España, rebuscó en archivos en Madrid y encontró material para varios capítulos.
Durante ocho años se dedicó a despertar "esa vida que estaba detrás de todos aquellos archivos" y fue perfilando los personajes. EFE
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