Fuera del escenario parece el hijo de uno de los músicos cuarentones que lo acompañan. Una vez arriba, con micrófono en mano, aquel chiquillo despeinado, vestido con tennis Converse , jeans y camiseta, crece y brilla por cuenta propia. En escena ya no es el muchachito bajito y tímido, es Jamie Cullum, la estrella del jazz que ha vuelto locos a críticos, jóvenes y adultos.
Lo llaman "la Joya del futuro del jazz ", el David Beckham del jazz , la revelación de la música británica, el Niño prodigio de la música.
Su propuesta es mezclar el jazz con cuanta cosa se le ponga al frente, en especial con el pop .
Con 26 años, tiene uno de los contratos discográficos más caros en la historia del jazz con un sello muy prestigioso: Universal / Verve Music. Su primer disco con esa disquera, Twentysomething , logró vender dos millones de copias, y su reciente lanzamiento, Catching Tales , iba por el millón apenas dos meses después de haber sido lanzado.
Críticos. Los puristas del jazz no están contentos con su atrevimiento. Eso de mezclar el jazz con géneros tan "banales" como el pop y el rock , el R&B y hasta el funk , es algo que nunca le perdonarán.
Sin embargo, lo que la mayoría le reconoce al intérprete de Get your way -tema en programación en las emisoras y canales nacionales- es el haber convertido el jazz en un fenómeno de masas. Cullum es capaz de llenar conciertos cual estrella de pop o de rock .
Y Cullum parece no interesarse en esa necesidad que tiene la gente de definir su estilo.
Para él, su música tiene mucho de pop , pero ante todo es jazz . "Toqué con un grupo de rock , pero no era yo, tocaba con grupos de jazz , pero tampoco era yo. He tenido que madurar mucho y entender quién soy y lo que quiero hacer", afirmó en la entrevista que aparece en el DVD Live at Blenheim Palace , que rescata el impresionante concierto que dio en octubre del 2004, en Inglaterra, ante un auditorio de 20.000 personas.
Y agrega en tono de broma: "Es jazz adulterado con pop . Estoy prostituyendo el jazz , lo estoy usando para mis fines maquiavélicos", agrega, son riendo.
El crítico y programador Alfredo Chino Moreno lo entiende así: "Su fuerza vital y su genialidad van a imponerse a las exigencias del mercado y al mercadeo: podrá deambular por todos los géneros musicales que se le antojen, pero me parece, y quisiera no equivocarme, que va a tener que dejar un pie clavado permanentemente en el escenario del jazz . Fuera de ese entorno natural, Cullum se moriría de aburrimiento".
Comienzo. Irónicamente, cuando niño, Jamie Cullum era malísimo en el piano. Sin embargo, a su alrededor todo era música.
Su padre tenía un grupo en el que su madre era la cantante, su tío era el guitarrista y el abuelo tocaba el sax. Recorrían los clubes locales tocando temas de los 60.
Por influencia de su hermano, Ben, Jamie aprendió a tocar la guitarra, eso lo encaminó.
Comenzó a experimentar en clubes nocturnos influenciado por estrellas como Hendrix, RadioHead, Nirvana, y Soundgarden, entre otros. Frecuentó círculos de jazz repletos de músicos de sesenta y setenta años. Él estaba dispuesto a aprender.
Luego vino la composición, un par de discos "experimentales", mucha lectura, el contrato con Universal y el éxito.
Sus conciertos son impresionantes sesiones de talento, irreverencia y energía. ¿Alguna vez ha visto a un músico de jazz brincando sobre el piano? Jamie Cullum vive la música, y se le nota.
Mientras tanto, hay que reconocerle que haya acercado a los jóvenes al jazz , o ¿por qué no? a los adultos al pop .
Y cuando quiera encontrar un disco suyo, diríjase a la sección de jazz , ahí Cullum siempre tiene un pie metido, pues el otro anda quién sabe dónde.
"Jamie Cullum tiene la capacidad de comunicar una energía diferente con música que para muchos se ha convertido en algo muy standard . La culpa la tiene el mismo jazz porque necesita espontaneidad y Cullum, en escena, es absolutamente espontáneo. Es un espectáculo.
Alberto Zúñiga
Crítico de música.
"Detrás de una apariencia de adolescente travieso, irreverente y un tanto cargado de histrionismo, se encuentra un cerebro privilegiado que lo controla todo en aras de la buena música. Su fuerza vital y su genialidad van a imponerse a las exigencias del mercado y al mercadeo.
Afredo Chino Moreno.
Programador de radio.