Lo Juegos Olímpicos del Centenario entran en la recta final y la gran pregunta que ha surgido en los últimos días ha estado relacionada con la mascota "Izzy", uno de los símbolos del acontecimiento que parece que se ha perdido en acción.
Los responsables del Comité Organizador de los Juegos de Atlanta (ACOG) han insistido en que no se pueden hacer comparaciones entre lo que sucedió en Barcelona y los suyos, pero hasta en el capítulo de la mascota todo ha sido muy diferente.
Nadie en Atlanta sabe que ha sido lo que le ha pasado a "Izzy", un personaje que desde que fue elegido como mascota de los Juegos del Centenario cayó en desgracia por lo poco afortunado de su imagen y características.
Después de la jornada inaugural nadie sabe qué ha sido lo que le ha pasado a Izzy porque no ha hecho acto de presencia por ningún lado.
A diferencia de lo que sucedió en Barcelona'92 con la mascota de Cobi, un personaje que fue el centro de atención constante para todos y su presencia se hizo sentir en plenitud, "Izzy" es la gran incógnita.
Muchos aficionados en la calle se preguntan qué ha sido de "Izzy", si estará enfermo, lesionado o no habrá superado algún control antidopaje.
Nadie ha podido dar una respuesta adecuada para justificar la ausencia de "Izzy", y lo único que se sabe es que mientras en la ciudad de Atlanta han hecho acto de presencia políticos, hombres de negocios, estrellas del cine y la televisión y deportistas para formar parte de la historia del acontecimiento, la mascota -el símbolo que lo identifica a través de todo el mundo- no aparece.
Ante tan prolongada ausencia, la gran pregunta que ha surgido en la Villa Olímpica es: "*Dondé está Izzy?", y la preocupación se incrementa porque los organizadores no dan respuestas y como es lógico surgen todo tipo de conjeturas.
La más normal, dadas las características que han tenido los Juegos del Centenario en su celebración, es que su programa de actividades no ha funcionado porque el sistema informático se vino abajo como la red que tenía que suministrar los resultados de las competiciones en cada una de las sedes olímpicas.
También ha podido suceder que tuviese la mala suerte de subirse a uno de los autobuses que transportan a deportistas y periodistas a las sedes olímpicas y se haya perdido en el trayecto.
Todavía es normal vivir la experiencia después de 11 días de competición de ver cómo hay conductores que necesitan más de dos horas para encontrar una sede o la central de transporte cuando el tiempo normal para el recorrido de esa ruta es de 30 minutos.
Otros apuntan a que tal vez ha preferido estar recogida en uno de los lujosos hoteles del centro de la ciudad para observar y disfrutar de los Juegos Olímpicos sin tener que sufrir de las inclemencias del tiempo y los fallos de la organización.
Pero la insistencia y la preocupación por conocer el paradero de "Izzy" ha sido tan fuerte que parece que los organizadores ya tienen a un equipo especial trabajando en su búsqueda y las nuevas informaciones oficiales muestran resultados positivos.
"Izzy" se encuentra bien y a partir de hoy podría comenzar a asistir al Estadio Olímpico, pero ya no será parte de la hazaña histórica de las dos medallas de oro para Michael Johnson y la novena olímpica para Carl Lewis, cuarta consecutiva de oro en salto de longitud.
Tal vez podría acudir al Fulton County, donde el equipo de béisbol de Estados Unidos tiene ante sí el reto de arrebatarle al de Cuba la medalla de oro que ganó en Barcelona'92 o llegar al Georgia Dome para celebrar con el "Dream Team" la única medalla de oro que se ganó antes que comenzase la competición.
Lo que ya no podrá conseguir Izzy es pasar a la historia como una de las mascotas más queridas y populares de unos Juegos Olímpicos, sino que más bien podría ser el símbolo de las grandes ausencias.