Al menos un millón de italianos se reunieron ayer en Milán y Venecia en favor de la unidad nacional, una semana después que el líder separatista Umberto Bossi mandó al excusado la bandera italiana.
Bossi pretende crear una república independiente, a la que llama Padania, en el norte de Italia. El año pasado incluso declaró su "independencia". Pese a sus acciones, las autoridades no lo han tomado del todo en serio, hasta ahora.
"El significado de esta concentración es evidente. Hoy vemos una Italia que sabe que el único camino para reformar la sociedad, la economía y el Estado es continuar unida", afirmó Fabio Mussi, un antiguo miembro del Partido Democrático de la Izquierda a los manifestantes en la plaza del Domo de Milán.
Los tres sindicatos más importantes de Italia, que organizaron las concentraciones, dijeron que un millón de personas estuvieron presentes en Milán, mientras que otras 80.000 abarrotaron la plaza de San Marcos de Venecia.
Entre los discursos de líderes políticos y sindicales, la multitud se entretenía con espectáculos en vivo de música y baile, incluso la bailarina Carla Fracci, quien actuó en Milán con un elegante chal rojo, blanco y verde, los colores de la enseña italiana.
Junto a miles de portadores de banderas, la danza de Fracci fue una simbólica respuesta a Bossi, líder de la Liga Norte, que organizó la semana pasada una manifestación en Venecia para decir que su autoproclamado estado de Padania estaba preparado para pasar a la acción.
En este acto, que apenas congregó a 13.000 personas, Bossi manchó la bandera tricolor de Italia que colgaba de la ventana de una seguidora nacionalista.
"Señora, ponga la bandera en el excusado. He ordenado un cargamento de papel higiénico tricolor para mi cuarto de baño", dijo Bossi.
Sus comentarios merecieron la dura reprimenda del primer ministro, Romano Prodi, quien dijo que los separatistas debían respetar la ley pues el desprecio público a la nación viola la Constitución y puede acarrear una pena de uno a tres años de cárcel.