
Jerusalén (EFE). Israel ha conmemorado hoy el décimo aniversario del asesinato del primer ministro Isaac Rabin a manos de un ultraderechista judío, con una ceremonia ante su tumba en el Monte Herzl de Jerusalén y una sesión extraordinaria en el Parlamento.
Delegaciones de más de 30 países han acudido a Jerusalén para conmemorar un aniversario que ha atraído a personalidades como el ex presidente estadounidense Bill Clinton y su mujer Hillary; la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, o el alto representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Javier Solana.
"Recuerdo todos los encuentros y todos los eventos relacionados con este hombre impresionante. Le quería incluso cuando no estaba de acuerdo con él", dijo hoy Clinton durante la ceremonia de Estado delante de su tumba, ante más de mil personas y bajo extremas medidas de seguridad.
Y agregó: "Es importante recordar que cayó en este conflicto como un soldado universal (de la paz)".
El ex presidente norteamericano, principal mediador del proceso de paz que Rabin inició en Oslo con los palestinos en 1993, es el invitado de honor de los actos y hoy será él quien inaugure el nuevo Centro Isaac Rabin en Tel Aviv, construido sobre un viejo búnker de guerra.
A los actos también asisten el primer ministro de Etiopía, Meles Zenaui; los ministros de Asuntos Exteriores de Hungría, Ferenc Samogvy, y de Noruega, Jonas Stoere; el ex secretario de Estado de EEUU James Baker, y el asesor de seguridad de Rusia, Igor Ivanov.
El rey Abdalá II de Jordania, quien tenía previsto participar en los actos oficiales, canceló la visita a raíz de los atentados perpetrados por Al Qaeda en su país el pasado miércoles, que causaron 57 muertos al inmolarse tres terroristas suicidas en otros tantos hoteles de Ammán.
Las conmemoraciones oficiales comenzaron con el encendido por los Boy Scouts de Israel de 3.650 velas, una por cada día transcurrido desde que se produjo el asesinato de Rabin, un suceso que traumatizó a la sociedad israelí y del que muchos observadores juzgan que aún no se ha recuperado.
"El asesinato es un fracaso y una fractura en nuestra sociedad, un fracaso del sistema educativo, de los servicios de seguridad y de nuestra capacidad para inculcar valores humanos", afirmó el presidente del Estado de Israel, Moshé Katzav, durante la ceremonia en el monte Herzl.
El presidente israelí instó a sus compatriotas a preguntarse cómo es posible que desde entonces la sociedad no haya sabido aceptar el magnicidio como una tragedia de todos, y pareciera que el asesinato de un primer ministro en Israel es sólo el trauma de una parte del pueblo, el del campo de la paz.
El presidente del Parlamento, Reuvén Rivlin, se planteó la misma pregunta y recriminó a la izquierda pacifista por haber monopolizado el recuerdo del magnicidio, al vincular a Rabin con las ideas pacifistas cuando en realidad fue un general, un diplomático y un jefe de Gobierno de todos los israelíes.
Rabin fue asesinado en Tel Aviv el 4 de noviembre de 1995 por el ultraderechista Igal Amir, estudiante de Derecho y cuyo único objetivo fue torpedear la iniciativa de paz de Oslo y "ajusticiarle" por haber entregado a los palestinos lo que consideraba partes de la bíblica Tierra de Israel.
Como Amir, sigue habiendo hoy en la sociedad israelí elementos ultranacionalistas que ven en el asesinato de dirigentes políticos la vía divina para frustrar cualquier iniciativa de paz, como ocurrió durante la reciente evacuación de Gaza.
En ese proceso, fue el actual primer ministro israelí, Ariel Sharón, quien recibió las amenazas de muerte también hechas a su predecesor.
"El asesinato de Rabin nos obliga a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar que el Estado de Israel nunca se desvíe del camino de los valores judíos y de la democracia", manifestó Sharón al respecto, tras reconocer que siempre vio en él a un defensor de Israel incluso cuando no estaban de acuerdo en sus ideales políticos.
En un mensaje a los palestinos y a los israelíes, Sharon se comprometió sobre la tumba de Rabin a "hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para poner fin al sangriento conflicto con nuestros vecinos".
Esta noche, después de la sesión parlamentaria, los invitados oficiales se desplazarán a Tel Aviv para la ceremonia de inauguración del Centro Rabin.