Douglas Marín
San José, 15 sep (EFE).- Un biólogo costarricense lleva a cabo desde 2003 una investigación para conocer a fondo el modo de vida del pez gaspar, catalogado como un "fósil viviente" de 150 millones de años, con el fin de evitar su extinción.
La investigación de Maurizio Protti comenzó en 2003 en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Caño Negro (norte) y consiste en reunir información sobre aspectos físicos, hábitos de vida, así como zonas de apareamiento y desove de la especie.
El proyecto pretende recoger datos para establecer poblaciones, conocer su comportamiento y hacia dónde se mueve, y con esa información tratar de orientar las políticas para su conservación, declaró Protti a Efe.
Desde 2003 el investigador, de la estatal Universidad Nacional (UNA), ha marcado a cerca de 840 peces gaspar y ha vuelto a capturar a 24 de ellos que le han proporcionado información "valiosa".
El biólogo toma las características de cada pez que atrapa, le coloca una pequeña marca de plástico y luego lo devuelve al agua.
"He podido determinar cuáles son los sitios donde hay más ejemplares, y he descubierto que no tienen un patrón fijo de comportamiento, pues hay algunos que se mantienen en el mismo sitio por periodos prolongados y otros que emigran hacia otras zonas", explicó.
El gaspar (atractosteus tropicus), que en Costa Rica vive principalmente en Caño Negro, no ha evolucionado prácticamente desde hace 150 millones de años y presenta cualidades físicas únicas.
Entre sus extrañas características se encuentra una vejiga gaseosa que funciona también como pulmón, una mandíbula prolongada similar a una trompa equipada con varias filas de dientes afilados y sus escamas brillantes en forma de rombo.
Además, posee numerosos huesos en la cabeza, tiene dientes muy desarrollados, su color es verde olivo en la parte dorsal, blanco o amarillo en el vientre y presenta manchas redondas y oscuras en su dorso.
Este pez aún no se encuentra oficialmente en peligro de extinción, pero sus poblaciones se han reducido significativamente por lo que es una especie "seriamente amenazada", explicó el biólogo.
La pesca representa su principal amenaza, ya que es uno de los peces más consumidos en la zona norte, así como la alteración del medioambiente causada por el hombre y la contaminación.
Los pescadores artesanales lo prefieren por su deliciosa carne, mientras sus escamas y huesos son utilizados para confeccionar artesanías.
El científico comentó que "en los próximos meses estaremos iniciando en la zona norte un programa de reproducción en cautiverio con fines comerciales y de repoblación, con la ayuda de expertos mexicanos".
Protti explicó que enseñarán a la gente que la reproducción en cautiverio es un proceso sencillo y "barato" que podrían empezar a aplicar en las comunidades para aumentar las poblaciones de la especie en los ríos de la zona.
Una encuesta realizada el año pasado por el Ministerio de Ambiente en las comunidades aledañas a Caño Negro, reveló que el 95 por ciento consume pez gaspar regularmente y un 91 por ciento está de acuerdo en participar en proyectos de uso sostenible.
El pez gaspar puede llegar a medir hasta un metro de largo y habita en aguas dulces de Centroamérica y el sur de México donde se alimenta de otros peces por ser una especie depredadora.
El gaspar se reproduce en la época de invierno (de mayo a noviembre) cuando la hembra expulsa los huevos que se adhieren a las plantas acuáticas, donde son fecundados por los machos y 50 horas después eclosionan.
Las larvas de unos siete milímetros se mantienen unidas a la vegetación durante cinco días y después empiezan a alimentarse de microorganismos. EFE
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