Nueva York. Dos nuevos descubrimientos podrían ayudar en el futuro a combatir el ántrax en forma contundente, atacando no solamente la bacteria con fármacos como Cipro sino también el veneno del que proviene.
Es la toxina la que mata, y cuando una persona desarrolla los síntomas de ántrax por inhalación, los antibióticos pierden efectividad porque no combaten la toxina producida por los gérmenes.
Los nuevos estudios, anunciados el martes, podrían ayudar a los científicos a hallar medios de neutralizar dicha toxina. Pero sus autores advierten que podrían pasar años antes de que se desarrollen nuevos medicamentos.
En uno de los dos estudios, investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Escuela de Medicina de Harvard dijeron haber identificado la plataforma química que usa la toxina del ántrax para penetrar en las células y matarlas.
En el otro, investigadores del Instituto Burnham en La Jolla, California; Harvard y otros centros, dijeron haber determinado el detalle estructural de una proteína que cumple la tarea de la toxina, un descubrimiento que puede ayudar a la búsqueda de sustancias para bloquearla.
Las conclusiones, que se suman a otros progresos recientes para contrarrestar el efecto de la toxina, se publican en la edición electrónica del martes de la revista Nature y en su edición impresa del 8 de noviembre.
La bacteria del ántrax crea tres proteínas que se combinan para producir su toxina. Una, llamada antígeno protector o PA, se adosa a un sitio específico (receptor) en la superficie celular y abre las puertas a las otras dos proteínas.
Hasta ahora nadie sabía cuál era el blanco.
El misterio fue solucionado por John Young de la Universidad de Wisconsin-Madison y colaboradores, además de la Escuela de Medicina de Harvard. La proteína de la superficie celular que descubrieron la llamaron ATR, siglas en inglés de ``receptor de la toxina del ántrax''.
También descubrieron que versiones artificiales del ATR pueden impedir que la toxina mate células en el laboratorio actuando como señuelos que desviaban la toxina de sus receptores, dijo Young.
Por eso, puede avizorarse un futuro tratamiento con ATR falso para proteger a la gente que ha estado expuesta al ántrax, dijo en una entrevista telefónica. Sin embargo, el concepto no se ha puesto a prueba en animales todavía.
El trabajo también podría contribuir a la búsqueda de sustancias que interfieran más directamente con los intentos de la toxina por ligarse al ATR, dijo.
El otro informe en Nature revela la composición detallada y tridimensional del llamado ``factor letal'', una de las proteínas que penetra las células. Una vez dentro de los macrófagos --células del sistema inmunológico--, los destruye, lo que desemboca en colapso y a menudo la muerte de las víctimas de inhalación del ántrax.
El descubrimiento de dicha estructura podría permitir a los científicos diseñar moléculas que se aferren a la proteína y la desactiven, dijo Robert Liddington, del Instituto Burnham, uno de los autores del informe.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Editora nacion.com Fuente: agencias.