Santiago de Chile, 10 dic (EFE).- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, afirmó que la muerte de Augusto Pinochet, ocurrida hoy en Santiago de Chile, se produjo cuando las violaciones a los derechos humanos cometidas por su régimen “estaban confirmadas”.
"Esto (la muerte de Pinochet) ocurrió en un momento en que para todo el mundo las violaciones a los derechos humanos de su régimen estaban confirmadas" y por lo tanto, nadie puede ya ponerlas en duda, dijo Insulza en declaraciones desde Washington a radio Cooperativa.
A juicio de Insulza, debido al hecho de que el ex dictador (1973-1990) haya muerto sin haber sido condenado por la Justicia no tiene mayor relevancia.
"Creo que francamente, al margen de todo, lo que todos tenían claro es que el general Pinochet no iba a ir preso", debido a su avanzada edad y estado de salud, aún si hubiera sido condenado en alguno de los juicios que lo afectaban por violaciones a los derechos humanos y delitos económicos.
En el momento de morir, a las 17.15 GMT de hoy, Pinochet estaba procesado por dos crímenes de la Caravana de la Muerte, como fue conocida una comitiva militar que ejecutó a 75 presos políticos en 1973.
También estaba procesado por varias víctimas de la Operación Colombo, que fue una maniobra ideada por su policía secreta en 1975, para encubrir la desaparición de 119 opositores y por la desaparición y torturas de varias decenas de disidentes en la Villa Grimaldi, una prisión clandestina del régimen que encabezó.
Asimismo, había sido despojado de su fuero en el juicio por el secuestro y muerte del químico y agente de la DINA Eugenio Berríos, cuyo cadáver fue encontrado en una playa de Uruguay en 1995.
Además, estaba procesado por fraude al fisco y uso de pasaportes falsos y despojado de su fuero por malversación de fondos públicos en el juicio derivado del hallazgo de sus cuentas secretas en el exterior, en las que acumuló una fortuna calculada hasta ahora en 26 millones de dólares.
Pinochet, de acuerdo a las leyes chilenas, será ahora sobreseído, por causa de muerte, en esos juicios y en unas 300 otras querellas en las que estaba imputado.
Sobre esa base, José Miguel Insulza opinó que no deben causar extrañeza las reacciones surgidas en todo el mundo tras la muerte del ex dictador chileno, incluida la del gobierno de EEUU, que consideró su dictadura (1973-1990) "un período difícil" y manifestó su simpatía hacia las víctimas.
El secretario general de la OEA recordó que ya en 1977, en el gobierno del presidente Jimmy Carter, EEUU se distanció del régimen chileno, especialmente por el asesinato, en Washington, del ex canciller chileno Orlando Letelier.
Recordó que la "Comisión Church", del Senado estadounidense, hizo una amplia investigación sobre el régimen de Pinochet a partir del asesinato de Letelier, incluido los nexos que Washington tuvo anteriormente con la dictadura chilena y que desde entonces EEUU mantuvo una visión crítica hacia el gobernante militar. EFE
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