Naciones Unidas, 3 feb (EFE).- Un extensa investigación realizada al director del programa humanitario de la ONU en Irak, Benon Sevan, revela que el alto funcionario pidió asignaciones de petróleo al régimen de Sadam Husein, a cambio de prestarle sus favores.
La actuación del funcionario chipriota es el eje central de un amplio informe, de más de 200 páginas, presentado hoy sobre la gestión del programa humanitario desarrollado por la ONU en Irak, denominado "Petróleo por Alimentos".
Según se desvela, Sevan pidió repetidamente al Gobierno iraquí que asignara petróleo a una pequeña empresa suiza, con lo que incurrió "en un grave conflicto de intereses", además de socavar seriamente la integridad de la organización.
Como resultado, la Africa Middle East Petroleum, pese a tener solo una pequeña oficina con tres trabajadores, recibió en cuatro años, entre 1998 y el 2001, 7,3 millones de barriles de crudo, que pudo revender con un beneficio de 1,5 millones de dólares.
"Obviamente, el hallazgo más preocupante es la acumulación de evidencias de que Benon Sevan repetidamente solicitó asignaciones de petróleo para una pequeña compañía comercial", reconoció hoy el director de la investigación, el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker.
"Al proporcionar estas asignaciones, el gobierno iraquí ciertamente pensaba que podía comprar su influencia", explicó a la prensa Volcker.
En el informe se relata cómo el régimen de Sadam Husein buscaba el apoyo de Sevan en determinadas cuestiones, particularmente en su deseo "obtener fondos para reparar y reconstruir la infraestructura petrolera iraquí".
De hecho, prácticamente desde su nombramiento como director del programa humanitario, Benon Sevan pidió repetidamente al Consejo de Seguridad de la ONU que se permitiera destinar una parte de los fondos del programa humanitario a esta cuestión.
En junio de 1998, el Consejo de Seguridad autorizó una expansión del programa humanitario "sin precedentes", dice el informe, que permitió al Gobierno Iraquí usar 300 millones de dólares para renovar las instalaciones de producción y transporte de crudo.
Desde el punto de vista de la ONU, y sin importar el resultado de sus gestiones, "Sevan incurrió en un grave y continuo conflicto de intereses, que viola explícitamente las normas de las Naciones Unidas y los estándares de integridad esenciales para un funcionario de este nivel", dijo Volcker.
En la investigación no se ha podido determinar si Benon Sevan obtuvo un beneficio económico de esta actuación, aunque se han analizado los 160.000 dólares que recibió entre 1999 y 2003 ajenos a su salario de la ONU.
A este respecto, Sevan dijo a los investigadores que el dinero procedió de una tía que vivía en Chipre, y que ya ha fallecido.
La investigación reveló que la tía de Sevan, como fotógrafa retirada, vivía de una pequeña pensión, de forma muy modesta, y nunca mostró signos de haber dispuesto de grandes sumas de dinero ni de haber salido del país con dinero en efectivo, como sugiere Sevan.
Los investigadores también critican la asignación de contratos a tres entidades: la Banque National de Paris, la Saybolt Eastern Hemisphere y Lloyd's Register Inspection Limited.
Según el comité, se han encontrado "pruebas incuestionables" de que la selección de esas compañías no se hizo conforme a la normativa de la ONU en materia financiera y sobre competencia.
Los documentos demuestran claramente que la designación de esas empresas en 1996 por la ONU no "siguió los estándares razonables de transparencia y equidad".
Si bien no está claro totalmente la motivación que hubo en la adjudicación, en un caso aparece como un esfuerzo para lograr un equilibrio entre amplios intereses "políticos de estados miembros", agrega.
Por otra parte, señala que los equipos encargados de auditar el funcionamiento del programa era "insuficiente" y careció de una valoración correcta de los riesgos, mientras que algunas áreas importantes no fueron objeto de estudio.EFE
pgp/chg