Pierde el país un gran médico y un ciudadano ejemplar: doctor Manuel Aguilar Bonilla. Quienes fueron sus colegas han recibido con gran consternación la noticia de su muerte. Quienes en diferentes circunstancias tuvimos el privilegio de ser sus pacientes, nos hemos sentido dolidos al comprobar su irreparable ausencia.
Cirujano expertísimo, las personas que tenían la oportunidad de estar en sus manos en la circunstancia de una operación, tenían la seguridad de que todo saldría lo mejor posible.
Por eso, aún más duele tanto que él mismo no hubiese podido vencer el mal que lo aquejaba desde un tiempo atrás: tal lo que la Divina Providencia reserva para cada uno de nosotros.
Desde sus años de estudiante de medicina en México destacó de manera excepcional Aguilar Bonilla y cumplió el juramento hipocrático por unos cincuenta años de servicio.
Por otra parte, Aguilar Bonilla fue un ciudadano ejemplar y destacado por sus valores patrios, a tal punto que por ello fue muy bien escogido por don José Figueres en su tercera administración para postularlo como su vicepresidente, lo cual obtuvo con el voto de sus conciudadanos.
Hace unos cuatro o cinco años, el Dr. Manuel Aguilar nos obsequió a sus amigos unas “Memorias” de su época de estudiante, en el Liceo de Costa Rica como en la Universidad de México, descollando así su agradable vena de relator de sus episodios simpáticos y hasta divertidos.
Creo que somos varios quienes guardamos ese librito como un recuerdo de su amistad y su hombría de bien y de ciudadano inolvidable.
La condolencia a sus deudos. Paz a su memoria ejemplar.