Londres (AP) . Rob Summers quedó paralizado desde el cuello hacia abajo tras un accidente automovilístico en 2006 y sus médicos le dijeron que jamás volvería a pararse. Se equivocaron.
A pesar de someterse a fisioterapia durante tres años, su estado no mejoró. Pero en 2009, los médicos implantaron un estimulador eléctrico en el tejido que envuelve la médula espinal para tratar de despertar su sistema nervioso. A los pocos días, el hombre de 25 años pudo pararse sin ayuda. Meses después movió los dedos de los pies, las rodillas, los tobillos y las caderas y pudo dar unos pasos.
Fue una sensación increíble, dijo Summers. Después de cuatro años sin poder moverme, pensé que las cosas por fin empezaban a cambiar.
A pesar de su optimismo renovado, Summers no puede pararse salvo en las sesiones de terapia con el estimulador encendido, y normalmente se desplaza en silla de ruedas. Los médicos limitan el uso del artefacto, fabricado por Medtronic, Inc. de Minneapolis, a unas horas diarias.
Su caso fue descrito en un artículo publicado hoy en la revista médica Lancet. La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud y la Fundación Christopher y Dana Reeve.
Desde hace años, ciertas personas que han sufrido lesiones parciales de la médula espinal y conservan cierto control de sus extremidades, experimentan alguna mejoría con el estímulo eléctrico de sus músculos. Pero Summers es el primero con lesión total de la médula que muestra un avance semejante.