Huatulco, México. El huracán Pauline se abatió hoy en las costas mexicanas del Pacífico con vientos de 160 kilómetros por hora y enormes marejadas que convirtieron el centro de Acapulco en un lodazal, y el gobierno dijo que por lo menos hubo 15 muertos y docenas de desaparecidos.
El informe de la agencia oficial Notimex dijo que muchos de los desaparecidos fueron atrapados por torrentes de lodo que arrastraron centenares de automóviles y desarraigaron árboles. Los residentes de Acapulco, una ciudad de 2,9 millones de habitantes, desafiaron las aguas que inundaron la ciudad utilizando cuerdas tendidas de esquina a esquina para cruzar las calles.
Los turistas se resguardaron en los hoteles que quedaron sin luz, mientras los residentes buscaban albergue en refugios de emergencia.
Un alerta de huracán se extendió esta mañana a cientos de kilómetros costa arriba, desde Acapulco hasta Puerto Vallarta, mientras las imágenes vía satélite mostraban el desplazamiento del huracán casi paralelo a la costa, según informó desde Miami el Centro Nacional de Huracanes, de Estados Unidos.
Antes que despuntara el alba, la tormenta se desencadenó sobre Acapulco en dirección de los balnearios de Zihuatanejo, Manzanillo y Puerto Vallarta. A las 15.00 GMT Pauline se encontraba cerca de Zihuatanejo y avanzaba en dirección oeste noroeste a 24 kilómetros por hora, agregó el centro.
El presidente Ernesto Zedillo, que está de visita en Alemania, ordenó hoy despachar personal militar y de la defensa civil a los estados afectados de Oaxaca y Chiapas, informó Notimex. Las comunicaciones telefónicas a gran parte de la costa quedaron interrumpidas anoche cuando el huracán se abatió sobre la costa.
Pauline pasó anoche por los hoteles y las aldeas pesqueras cerca de Huatulco, donde levantó olas de 9 metros y ráfagas de hasta 185 kilómetros por hora para dejar un tendal de daños a las casas.
Alrededor de Huatulco, los intensos vientos y lluvias convirtieron las calles en ríos, arrancaron grandes árboles y volaron las viviendas precarias. Olas de 9 metros martillaron las costas.
''Fue dramático, algo que nunca habíamos visto antes'', dijo el guardia de seguridad de un hotel, Nicanor Reyes, que se vio obligado a quedarse durante la noche en el hotel debido a los caminos inundados.
Pauline casi destruyó el barrio pobre de Las Tres Cruces, aledaño al aeropuerto de Huatulco.
''Todo ha desaparecido'', se lamentó Evaristo Gerardo Mayo, de 32 años, mientras observaba lo que quedaba del barrio humilde. En medio de vidrios rotos y colchones hinchados por el agua se veían ollas dispersas.
Lixion Avila, del Centro de Huracanes, dijo que el rumbo del huracán era en gran medida impredecible.
El ojo de la tormenta tocó tierra ayer por la tarde al oeste de Huatulco, y se dijo que provocó inundaciones en partes de Oaxaca y la vecina Chiapas.
Pauline es uno de varios intensos ciclones de este año, incluyendo Nora, que llegó al sudoeste de Estados Unidos con fuerza de tormenta tropical, inusual para ese escenario.
Los meteorólogos dijeron que el fenómeno climático de El Niño, en el que las aguas anormalmente cálidas del Pacífico perturban las pautas climáticas, es el culpable del elevado número de intensos terremotos este año.