El Club Sport Uruguay mostró garra, pundonor y un juego recio en 1963 cuando logró la hazaña de conquistar el campeonato mayor del futbol costarricense, por primera y única ocasión en la historia.
El equipo lechero, a cargo del técnico Santiago Bonilla, tuvo entre sus filas a un jugador símbolo que reunió esas cualidades al pie de la letra: Guillermo Otárola Vega.
“Tenía un juego muy fuerte, como el de José Luis Vivo Quesada, José María Macho Agüero y Víctor Gerardo Palomino Calvo”, recordó ayer el periodista Javier Rojas.
El Caballo Otárola, como se le conocía en el mundo del futbol, murió a mediados de la semana anterior, en Moravia, San José, a la edad de 65 años. Su legado en la cancha quedó registrado en clubes de Costa Rica, El Salvador y Guatemala.
Nacido el 22 de febrero de 1941 en Moravia, Guillermo dio sus primeros pasos futbolísticos a los 10 años, en el Sporting Bonilla, dirigido por Santiago Bonilla, quien años más tarde sería su entrenador en el inolvidable conjunto uruguayo del 63.
Otárola perteneció a las ligas menores del Saprissa y Moravia. “Primero fue delantero, pero con el correr de los años se convirtió en zaguero”, agregó Rojas.
Con solo 17 años representó al país en los III Juegos Panamericanos, en la ciudad estadounidense de Chicago, en 1959. Esa vez fue uno de los líderes de la selección amateur del técnico Rogelio Rojas, integrada por jóvenes de la Primera División de ascenso, y convirtió un gol a Brasil (la Tricolor cayó 2-4).
Debutó en la Primera del Uruguay contra Orión y a partir de ahí formó una de las líneas defensivas más temidas del futbol mayor, junto a Álvaro Arriola, Enrique el Tigre Briceño, Rodrigo Riguín Sandoval y Germán Catatillo Sánchez.
“A esa zaga el locutor José Luis el Rápido Ortiz le llamaba los Tupamaros (guerrilla uruguaya) y los Boinas Verdes (grupo contrainsurgente estadounidense). Era cosa seria entrar ahí”, dijo Javier Rojas.
Tras el título local del 63 disputó con Uruguay la Concacaf, pero solo lo hizo a nivel centroamericano, pues la copa no concluyó. Ahí se impuso en los cuatro duelos en Honduras ante Olimpia (2-0 y 2-1) y Guatemala con el Municipal (3-1 y 2-1). Otárola y sus compañeros se proclamaron campeones del istmo.
Después militó aquí con Cartaginés, Orión y Rohrmoser; el Águila y el Luis Ángel Firpo, de El Salvador; y el Amatitlán, de Guatemala.
En la Selección mayor registró dos juegos de clase A en 1965 y reforzó al Saprissa ante São Paulo, Santos y Botafogo de Brasil. Guillermo Otárola se retiró a los 27 años, pero siguió ligado al futbol en torneos organizados en Moravia.