..."Me pregunto si la propaganda realizada por el Gobierno se refiere a nuestra querida Costa Rica", se cuestionó Marvin Esquivel A., cédula 2-381-880, en una misiva que envió a Cartas de La Nación y que fue publicada anteayer.
Este comentario no es aislado. Al igual que Esquivel, otras personas se han pronunciado en contra de la campaña que realiza el Ministerio de Información sobre la obra del gobierno del presidente José María Figueres. Entre los críticos de la publicidad oficial se encuentran diversos sectores sociales, políticos y analistas en imagen.
Sin embargo, el Gobierno insiste en que tiene el derecho de difundir entre la ciudadanía los buenos resultados de las acciones emprendidas por esta administración.
Tales anuncios se hallan en las pantallas de los televisores costarricenses desde marzo último. Se calcula que se han emitido 349 veces en ese lapso, en temas como vivienda, salud, educación, recursos naturales y finanzas.
Las cuñas tienen un valor aproximado a los ¢25 millones, según los datos que arrojó el estudio sobre pauta comercial por televisión del Gobierno, que realizó para La Nación la firma Publi-Control S.A. (Véase recuadro aparte.)
Los funcionarios de Casa Presidencial son del criterio de que tienen derecho de informar a la población sobre los logros de estos dos primeros años de gestión, según indicaron tanto el primer vicepresidente de la República, Rodrigo Oreamuno, como el titular de Información, Alejandro Soto.
Pese a que la cúpula dirigente no lo reconoció, esta campaña probablemente está dirigida a variar la censura contra el Gobierno que han revelado los ciudadanos en las últimas encuentas de opinión pública, como en el caso del sondeo de la firma Unimer para La Nación, realizado entre el 16 y el 30 de enero.
Este reveló que el 43,9 por ciento de los entrevistados calificó el desempeño del mandatario como malo o muy malo, y el 40 por ciento ubicó la labor del equipo de Gobierno en el mismo rango.
Oreamuno especificó que desean transmitir a los ciudadanos datos sobre la buena marcha de la administración pues si se infunde una actitud hacia la mejoría económica, se genera un efecto en ese sentido.
Esta idea es expresada directamente por el presidente Figueres, quien al cierre de los distintos comerciales acuñó la frase: "Han sido dos años difíciles, pero cada días estamos mejor."
Los analistas coinciden en que el Poder Ejecutivo pretende variar la percepción del público en procura de un respaldo a su gestión.
Hechos e imagen
Para el mandatario, los mensajes en los que aparece no son propaganda. Oreamuno, en cambio, opina lo siguiente: "Nos pareció que llegó el momento en que los logros eran suficientes y que era necesario destinar algunos recursos para informar a los costarricenses de lo que se estaba haciendo."
Sin embargo, varios analistas consultados encontraron deficiencias en la campaña sobre la obra de la administración Figueres Olsen.
La comentarista de cine y televisión, Patrizia Gallo, estimó que se ha "bombardeado" a la población con los comerciales, tal vez con la idea de que nadie se quede sin ver la campaña y también de dejar claro cuáles ministerios están ahí presentes.
Víctor Flury, otro de los analistas en el campo del uso de la imagen, subrayó que en estos mensajes se saltó la barrera entre el concepto de información y lo que es publicidad pues, pese a que tienen el derecho a difundir los alcances de su labor, sería mejor esperar a que las medidas tomadas se encuentren afianzadas.
Para Renato Cajas, exasesor de imagen del expresidente de la República Oscar Arias y actual director del semanario Universidad, el Poder Ejecutivo recurre a sus propios recursos para exhibir su obra. Para él, este es el único mecanismo que le queda a los funcionarios para dar a conocer su gestión pues los medios de comunicación tradicionales no lo harían por su cuenta.
Rogelio Benavides, asesor en imagen del expresidente de la República, Rafael Angel Calderón, comentó que no encontró base técnica para sustentar las afirmaciones de los funcionarios que aparecen en la campaña publicitaria, en la que -a su juicio- se emiten datos variados, imposibles de retener.
No solo el mensaje de los anuncios despierta resquemor; la inversión en publicidad ha sido también un factor de queja. Iván Antillón Montealegre, cédula 1-196-431, el pasado 4 de abril dijo: "Es injusto que los ciudadanos carezcamos de los mecanismos adecuados para impedir que los políticos en el poder despilfarren nuestros dineros para costear publicidad."