Brasilia, 25 may (EFE).- El gobierno de Brasil pretende aplicar antes de finales de año una ley, aprobada hace seis años por el Congreso, que permitirá a la Fuerza Aérea derribar aeronaves clandestinas, según indicó hoy a EFE una fuente oficial.
"Entre junio y agosto próximos el Gobierno organizará grupos que empezarán a discutir los detalles que faltan para que el presidente (Luiz Inácio Lula da Silva) pueda firmar el decreto que reglamenta esa ley", dijo el teniente coronel de la Aeronáutica, Ricardo Holanda, portavoz del Ministerio de Defensa.
El vocero mencionó que la puesta en marcha de la llamada "Ley del Derribo", que hace seis años recibió el visto bueno del Congreso, todavía enfrenta la resistencia de grupos de derechos humanos y la oposición de Estados Unidos.
Los organismos humanitarios sostienen que esa norma es similar a la pena de muerte, un castigo que no existe en Brasil.
Por otro lado, distintas fuentes oficiales dicen que la oposición del Gobierno estadounidense se debe a que aviones militares de ese país suelen sobrevolar irregularmente el territorio de Brasil, sobre todo la región amazónica.
Dichas fuentes aseguran que, como forma de presión, el Congreso de Estados Unidos ha aprobado normas que prohíben a empresas de ese país que desarrollan tecnologías para control aéreo vender sus productos a naciones que permiten el derribo de aviones.
"Es un tema bastante delicado, pero se trata apenas de garantizar la seguridad y la soberanía sobre nuestro territorio", explicó a EFE el portavoz militar.
Holanda añadió que "al menos hasta agosto nada estará definido" y dijo que, mientras tanto, se harán gestiones ante gobiernos extranjeros y demás entidades y organizaciones interesadas en el tema para aclarar el objetivo de la ley.
En julio pasado, el ministro de Defensa de Brasil, Jose Viegas, se reunió con su colega estadounidense, Donald Rumsfeld, para discutir esa ley y, tras la cita, aseguró en declaraciones a la prensa que Estados Unidos "recibió muy positivamente" la iniciativa.
La "ley del derribo" pretende impulsar una ofensiva brasileña contra el contrabando de armas y estupefacientes por rutas áreas sobre los casi cinco millones de kilómetros cuadrados de extensión en la Amazonía.
Unas vez que la ley sea reglamentada por el Ejecutivo, los aviones sospechosos, tras ser interceptados por cazas bombarderos, recibirían avisos para aterrizar en aeropuertos nacionales para que posteriormente sus tripulaciones pudiesen ser interrogadas por las autoridades.
Si esas órdenes no fuesen atendidas, los pilotos brasileños solicitarían permiso para atacar y destruir la aeronave. EFE
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