
El gerente de Relaciones Corporativas de Industrias Infinito, Juan Carlos Obando Umaña, se encuentra en prisión desde el viernes 2 de setiembre.
El suyo era uno de los rostros más conocidos en relación con el desarrollo y defensa del proyecto minero Crucitas, en Cutris de San Carlos, Alajuela.
Obando descuenta una pena de un año de prisión que le impuso el Tribunal Penal de Hacienda en enero y la Sala Tercera de la Corte Suprema lo dejó firme en julio.
A él se le encontró responsable del delito de cohecho impropio en la modalidad de penalidad de corruptor, conducta en la que incurrió en el 2005, cuando fungía como gerente de la firma EBI de Costa Rica, dedicada a la recolección y tratamiento de basura.
Para ese época, EBI tramitaba la instalación de un relleno sanitario en la comunidad de El Huaso, en el cantón de Aserrí.
Obando entregó $45.000 al entonces alcalde de Aserrí, Mario Morales, para que recuperara una casa. Ambos alegaron que era un préstamo personal.
Para el Tribunal, Obando “a sabiendas de la condición de funcionario público de Morales, le proporcionó una dádiva indebida para hacer actos futuros, propios de sus funciones, hechos algunos de ellos concretos y ciertos y otros futuros y eventuales”.
