Un centenar de admiradores del expresidente de Estados Unidos Bill Clinton se congregaron el lunes a las puertas del Crown Casino, en la ciudad australiana de Melbourne, para darle la bienvenida como si fuera una estrella de Hollywood.
A su llegada, Clinton estrechó la mano de sus admiradores y firmó autógrafos en las portadas de la revista Rolling Stone donde aparece fotografiado.
Steven Kiss, un coleccionista de autógrafos, señaló a una cadena de televisión australiana: "mereció la pena esperarlo (...) no sé a cuánto se cotiza (su rúbrica en papel), pero no lo venderé. Estoy orgulloso de tenerlo en mi colección".
El exmandatario asistió en el Crown Casino de Melbourne a un almuerzo organizado por la empresa de informática estadounidense Vignette Corporation y por el que cada uno de los comensales pagó al menos 10.000 dólares.
Desde que Clinton llegó a Australia se han producido varias escenas parecidas. En una subasta celebrada el sábado durante una cena con fines benéficos, en Sydney, un asistente pagó más de 15.000 dólares solo por tomarse una foto con su ídolo.
Rodeado por varios miembros de los servicios secretos de su país, el expresidente también celebró la victoria del australiano Lleyton Hewitt, en el Torneo Abierto de Tenis de Estados Unidos.
Clinton, quien se dedicó a jugar golf durante el fin de semana, llegó el sábado a Australia para una visita privada de tres días.
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