Washington, AP. El general Stanley McChrystal terminó el viernes una carrera de 34 años en las fuerzas armadas con un acto en su cuartel, que marcó el último capítulo de su repentina y asombrosa caída.
McChrystal, el ex comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán y un oficial que inspiraba una fuerte lealtad entre sus subordinados, fue destituido el mes pasado luego que la revista Rolling Stone publicó un artículo con duras declaraciones suyas y de sus lugartenientes hacia los funcionarios del gobierno de Barack Obama.
En el artículo, el general se quejaba de que Obama le asignó una posición indefendible en la guerra y sus asesores más cercanos se burlaban de funcionarios como el vicepresidente Joseph Biden, a quienes consideraban ignorantes de la complejidad de la guerra.
Poco después de la publicación de la nota, McChrystal debió dejar su puesto.
El coronel Charles Flynn, asesor cercano del general, dijo que éste planea vivir en el norte de Virginia, cerca del Pentágono, tras dejar su vivienda en la base Fort McNair de Washington.
Actualmente, el general se concentra en su transición, la mudanza, su familia y sigue indeciso sobre las posibilidades de empleos futuros, dijo Flynn a The Associated Press en un correo electrónico.
Altos oficiales militares y del departamento de Defensa dijeron que estaban de acuerdo con la decisión de Obama de destituir al general, pero lamentaban la partida de un colega talentoso.
Es un amigo, dijo Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, poco después de la destitución. Es un oficial extraordinario. Cometió un error severo.
El año pasado, el secretario de Defensa Robert Gates le dio el puesto a McChrystal como el encargo de revertir una guerra estancada contra la firme insurgencia afgana. El general tenía larga experiencia en operaciones especiales y había perseguido a integrantes de al-Qaida en Irak, donde ayudó a cambiar el curso del conflicto