Que, si no se toman medidas, el fondo de pensiones de la CCSS resultará deficitario en el 2038, me hizo acordar de mi amigo checo. Cito, no me acuerdo de dónde: Hacia 1908, Kafka encontró en Praga un trabajo de medio tiempo en un organismo de seguros donde trabajó hasta dos años antes de su muerte. Pese a esto, escribía de noche. La doble vida le resultó agotadora y le angustiaba su incapacidad para resolver el dilema de “ganarse la vida o vivirla.” Empezó a padecer de surmenage , insomnio, agotamiento nervioso y, finalmente, tuberculosis.
¿Conviene trabajar menos para poder vivir más o cabe matarse trabajando para “vivir” más? En muchos' ¡dicotomía pasmosa, generadora potencial de angustia existencial! En el caso de don Franz, vivir y escribir casi, casi significaban lo mismo.
Joven que de seguro conocerá el 2038, difícil que yo sea longevo porque escogí mal los genes de mis padres. Dinero y felicidad no son sinónimos y lo primero, si acaso, puede producir pasables imitaciones de lo segundo. Más bien, busque cómo transformar lo que le gusta en su trabajo y, como yo, habrá encontrado la solución al nudo ya no gordiano sino kafkiano. “Sueños hay que verdad son”, ya se nos anticipó Calderón de la Barca. Los demás, que sigan marcando.
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