Madrid, 10 sep (EFE).- Rubén Gallego, afectado de parálisis cerebral, pasó su infancia en orfanatos de la antigua URSS, una experiencia que ha plasmado en la novela "Blanco sobre negro", cuya presentación tuvo lugar hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Gallego nació en un hospital de las afueras de Moscú en 1968, donde estuvo confinado junto a su madre hasta que un año después lo separaron de ella diciéndola que el niño, nieto del dirigente comunista español Ignacio Gallego, había muerto.
Gallego fue recluido en orfanatos donde se recluía a los minusválidos considerados incapaces de desarrollar un oficio, y en diversas instituciones y geriátricos a los que enviaban a los familiares, "no presentables", de autoridades comunistas.
En 1990, aprovechando el desorden general existente en Rusia provocado por la "Perestroika", logró escaparse y empezó a buscar a su madre, a la que encontró en Praga después de numerosas peripecias por toda Europa.
"De no haber encontrado a mi madre, me hubiese muerto", afirmó Gallego, quien comenzó a escribir animado por el entorno de periodistas y escritores en el que se movía su madre, Aurora Gallego.
El libro, editado por Alfaguara, consta de 41 fragmentos, que no sobrepasan la decena de páginas, narrados en primera persona y con humor, ya que "el humor es casi siempre el único camino para hablar de lo que no puedes hablar, para exprimir lo indecible", comentó el autor.
En opinión del escritor español Antonio Muñoz Molina, que también participó en la presentación junto al periodista Javier Rioyo y Aurora Gallego, la división de la novela en numerosos capítulos cortos refleja "cómo ha estado en el mundo quien la escribe. Alguien que se va de un lado a otro continuamente y que observa su vida en escenas muy cortas".
Muñoz Molina también destacó la precisión y la austeridad con que Gallego ha escrito este libro, en el que no hace "ninguna exhibición de sufrimiento" y donde se hace protagonista a la marginalidad y a las discapacidades, "donde se sitúa en el centro lo que, en teoría, es del margen, como ocurre en casi toda buena literatura".
Aunque en "Blanco sobre negro" no hay ni un solo sesgo ideológico, continuó Muñoz Molina, sí abunda, por el contrario, una continua denuncia y "una poderosa afirmación de la libertad individual" y del "derecho a la vida".
"Blanco sobre negro" ha sido un éxito en Francia y Rusia donde ya fue presentado, y para Rubén Gallego, que ya está preparando su siguiente novela, la literatura es un modo de hablar con la gente, sin embargo, no es el único camino para hacerlo.
Ahora, mientras comparte su nueva vida con su madre y una hermana, aprende español y espera arreglar sus papeles que normalicen su situación en España.
Con respecto al comunismo, el autor afirma que cuando es simplemente un sueño es también una buena ideología, "pero cuando los comunistas tienen fuerza y poder, prefiero vivir en otro país". EFE
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