Washington (EFE). La Casa Blanca respiró hoy con alivio tras conocerse que el fiscal que investiga el llamado "caso Plame", Patrick Fitzgerald, no presentará cargos contra el principal asesor político presidencial, Karl Rove.
Robert Luskin, abogado de Rove, señaló en un comunicado difundido hoy que el fiscal a cargo de la investigación "ha indicado formalmente que no prevé presentar cargos contra Karl Rove" a quien se considera la mano derecha del presidente George W. Bush.
"En deferencia al caso, que sigue pendiente, no haremos más declaraciones públicas acerca del asunto investigado", agregó Luskin.
"Creemos que la decisión del fiscal especial debería poner fin a las especulaciones infundadas sobre la conducta del señor Rove", explicó.
El letrado señaló que la comunicación de Fitzgerald le llegó el lunes por la noche, pero que no se lo pudo trasladar inmediatamente a su cliente por encontrarse de viaje.
Sin embargo, Randall Samborn, portavoz de Fitzgerald, no quiso realizar comentarios y ni confirmó ni desmintió la noticia.
Pese a ello, el portavoz de Rove, Mark Corallo, señaló que su cliente "está eufórico" por la noticia, y apuntó que con ella "ya está todo (solucionado)".
Por su parte, Dana Perino, una de las portavoces de la Casa Blanca, indicó, que Rove, tal y como ha demostrado a lo largo de todo el proceso, "está centrado en la tarea que actualmente tiene entre manos: crear y construir apoyos para la agenda presidencial".
El caso se remonta a julio del 2003 cuando el columnista Robert Novak identificó en un artículo periodístico a Valerie Plame, esposa del ex embajador Joe Wilson, como una colaboradora de la CIA.
En Estados Unidos es un delito que un funcionario revele públicamente y a propósito el nombre de un agente secreto.
Wilson había encabezado una misión que investigó si Irak había adquirido material radiactivo en Niger, argumento del que se valió Bush para invadir Irak y que el ex embajador rechazó.
Tras la filtración del nombre, el ex funcionario denunció que había sido un intento de la Casa Blanca de tomar represalias contra él.
Como parte de la pesquisa del "caso Plame", el fiscal Fitzgerald ha presentado cargos contra Lewis Libby, ex jefe de Gabinete del vicepresidente Dick Cheney.
La defensa de Libby, quien se ha declarado inocente, pretende llamar a testificar a Rove cuando comience su juicio, previsto para el próximo enero.
Fitzgerald investigaba si altos funcionarios revelaron la identidad de Plame intencionalmente y como represalia contra Wilson.
En relación a Rove, Fitzgerald quería averiguar si mintió y obstruyó la Justicia al no revelar una conversación con Matt Cooper, un periodista de la revista "Time", sobre el nombre de Plame en los días previos a la filtración.
La noticia llega en un buen momento para la Casa Blanca, tras la muerte de Abu Musab al Zarqaui, líder del grupo Al Qaeda en Irak.
El hecho de que no se vayan a presentar cargos contra el principal asesor político del presidente supone un alivio y, desde luego, un problema menos de cara a las elecciones legislativas del próximo noviembre, en las que Rove será el principal estratega de la Casa Blanca.
La noticia fue acogida con alegría entre las filas republicanas. El ex portavoz de la Cámara de Representantes Newt Gingrich reconoció que el anuncio llega en un momento idóneo.
"El presidente tiene mejor aspecto, es un poco más fuerte", dijo Gingrich en una entrevista con los servicios informativos de la cadena de televisión "Fox".
Además, agregó que la mañana de hoy "es muy importante y muy positiva".
El presidente del Partido Demócrata estadounidense, Howard Dean, señaló que el hecho de que no se presenten cargos contra Rove "no le exime de su auténtico pecado, que es el de filtrar el nombre de un operativo de inteligencia en tiempos de guerra".
"Es una buena noticia para la Casa Blanca, pero no para Estados Unidos", dijo Dean al espacio matutino "Today Show" de la cadena de televisión "NBC".
Rove testificó cinco veces ante el gran jurado del caso antes de que Fitzgerald adoptara su decisión.