
El estreno ayer de Alexander , la última producción del director Oliver Stone, reunió el genio de dos leyendas en un solo personaje épico, la del conquistador Alejandro Magno y la del cineasta Oliver Stone.
Stone, de 58 años, habla del conquistador macedonio Alejandro Magno, uno de los mayores líderes de la historia, capaz de dominar el 90 por ciento del mundo conocido con tan solo 27 años.
Pero los dos milenios que separan la historia no han evitado las comparaciones con esa otra guerra en la misma región.
“Eran otros tiempos. Sin tratados ni Naciones Unidas , pero ¿quién sabe? Bush puede ser el Alexander de la mitología de su tiempo", agrega.
Conocido por una filmografía política con títulos que recuerdan algunos de los presidentes estadounidenses más destacados de la historia del país, como JFK o Nixon, Stone asegura que esta vez no fue tal su intención.
Su última película es fruto de un sueño de juventud, una fascinación con una leyenda que aún sigue viva, “quizá porque además de tratarse de un gran estratega militar, Alexander era un líder con una visión del mundo que quería incluir a todos” señaló Stone.
Comenzó a trabajar en el guion en 1989, mucho antes de que tuvieran lugar los conflictos actuales en esa zona por la que Alejandro Magno lanzó a su ejército y en la que ahora están presentes las fuerzas estadounidenses.
Sin huir del debate, Stone insiste que el ángulo político es solo una de las lecturas de esta compleja cinta que describe como un “drama histórico de proporciones épicas”.
El otro lado polémico de la cinta es la clara bisexualidad de Alejandro Magno, un elemento demasiado escandaloso para la moralidad que impera en Estados Unidos.
“Creo que esta relación (bisexual) se ha convertido en uno de los puntos más fuertes de la película”, admite sin reparos preparado para las críticas.
Es una apuesta valiente dado que el presupuesto del filme asciende a los $150 millones (¢68.100 millones), obtenidos mediante una financiación independiente a la que se sumaron diversos estudios europeos.
Alexander es un rodaje que pese a su gran escala Stone define como rápido, se grabó en 94 días, usando locaciones en tres continentes, con Colin Farrell, Angelina Jolie y Val Kilmer como protagonistas.