Toronto (Canadá), 13 sep (EFE).- Alberto Rodríguez ("El traje", 2002) estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto su segundo filme como director en solitario, "7 vírgenes", que recoge la vida de un par de jóvenes marginales en una barriada de Sevilla.
Para armar la película, Rodríguez eligió en primer lugar al actor protagonista, Juan José Ballesta ("El Bola", 2000), quien da vida a Tano, quien sale un fin de semana del reformatorio en el que tiene que estar tres meses para poder asistir a la boda de su hermano.
"Al principio no pensaba que Juanjo fuese a hacer el papel. Me habían dicho que hablase con él, así que quedamos a comer. Pero tras el almuerzo estaba convencido que él tenía que hacer de Tano", explica Rodríguez a EFE durante su paso por Toronto.
Curiosamente, Ballesta tampoco tenía demasiado interés en hacer la película.
"Yo ya te dije que no quería -dice el actor mientras el realizador sevillano asiente con la cabeza-. Estaba quemado después de hacer tantas películas. Pero cuando me dieron el guión me decidí".
"Es un personaje que conozco -explica Ballesta-. Siempre me ha gustado hacer papeles de delincuente. En Parla hay mucha delincuencia".
Junto a Ballesta, Rodríguez necesitaba buscar a un actor para el papel de Richi, el compañero de Tano en "7 vírgenes", título que hace referencia a un juego infantil que se hace con estampitas de la Virgen para poder ver el futuro.
"Para el papel de Richi acudimos a colegios de Sevilla y terminamos haciendo pruebas a cerca de 4.000 chavales", dice Rodríguez.
De esa criba surgió Jesús Carroza, un estudiante de electricidad de Formación Profesional del barrio sevillano de San Jerónimo.
"Nos presentamos de cachondeo. Pero cuando me llamaron para la segunda prueba, me emocioné -reconoce Carroza-. Y cuando empezó el rodaje, me puse muy nervioso y me tuve que tomar una tila. Pero Juanjo me ayudó".
Rodríguez reconoce que la amistad que se desarrolló fuera del escenario entre Ballesta y Carroza ha sido fundamental para que sus personajes en la pantalla tengan la credibilidad que rezuman durante los 86 intensos minutos que dura la película.
El director también reconoce que los dos jóvenes hicieron el rodaje muy fácil, empezando porque ambos son dos actores "naturales".
"Tienen una especie de energía extra que la transmiten. De las tres películas que he rodado".
Ahora, Carroza -que antes del rodaje trabajo 15 días como electricistas en FASA/Renault- tiene claro que le gustaría seguir haciendo películas.
Y sobre el dinero que ha hecho con "7 vírgenes", también tiene claro su destino.
"Eso está guardado para que me pueda comprar un coche". EFE
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